Introducción
El Estado Islámico tiene la ventaja estratégica de su unidad territorial, que le permite sostener las luchas siguiendo sus líneas interiores de comunicación. Sus enemigos están desperdigados por sus extensas y discontinuas fronteras y operan en multitud de sectores o fajas diferentes. Esta ventaja puede emplearla para fijar y mantener a sus enemigos, dispersos e inconexos operativamente por los distintos países y zonas. Impidiéndoles así cualquier concentración eficaz para atacarle.
Así, en su centro operativo de Mosúl, con unos 2 millones de habitantes, la mayor ciudad en su poder y la tercera ciudad de Irak, los yihadistas salafistas del DAESH mantienen fijados a los peshmergas de Erbil, capital del Kurdistan iraquí autónomo. Estos no son capaces de lanzar una ofensiva individual, para ir arrebatándoles enclaves y zonas y se mantienen a la defensiva. La razón es que son kurdos sunníes, que no quieren coordinarse con el ejército de Irak y las milicias sectarias chiíes.
ABU BAKER AL-BAGDADI.
En la provincia de Anbar, el EI ocupó al-Ramadi, su capital, en mayo. Aquí el ejército iraquí salió también a la desbandada, en una marcha retrógrada imprevista y acelerada. Los iraquíes culparon de sus desventuras operativas a una gran tormenta de arena, que facilitó la “marcha al combate” de los muyahidines del DAESH. Y está amenazando el flanco occidental de Bagdad. Que dice estar entrenando y concentrando efectivos para recuperarla, partiendo de la nueva base en Taqaddum, donde hay destacados 450 militares estadounidenses. Ella está a unos 25 Km. de al-Ramadi y actúa de cerrojo contra el avance del EI, guarnecida por los nuevos soldados estadounidenses del general de cuiatro estrellas James Terry.
El Estado Islámico tiene ahora tres grandes áreas de operaciones:
Una primera gran zona abarca todo el sur del Emirato, desde el sureste de Alepo hasta al-Ramadi, siguiendo el curso del alto Eufrates. En ella, el EISIL está extendiéndose y consolidándose, ocupando la ciudad de Palmira, terminando de expulsar al ejército sirio de la provincia de Deir-ez-Zour (sus últimas tropas en ella fueron cercadas al oeste de su capital) y a los soldados iraquíes y las milicias chiíes de la provincia de Anbar. Al oeste de Palmira están Tiyas y los aeropuertos militares del Shayrat, ocupados por el ENS, que son objetivos vulnerables al EI, que es capaz de atacarlos desde dos direcciones. Con ello, podría establecer un flanco occidental defensivo dirigido hacia Damasco, ocupando una ciudad intermedia.
En el norte de Irak, el EISIL mantiene sus posiciones en la provincia de Nínive y parte de la provincia de Saladino, consolidándose también en el alto Tigris.
En Siria, al norte y noreste de Alepo, a lo largo de unos 400 Kms. de la frontera con Turquía, hasta la provincia fronteriza de Hasaka, el EI mantiene un juego estratégico basado en pequeñas ofensivas y retiradas tácticas, en una zona de gran labilidad operativa. Intentando debilitar al Frente al-Nusrah (cerca de la fronteriza Azaz), a los peshmergas sirios (en Kobane) y a otros grupos opositores. Y mantener abiertos los estrechos sectores fronterizos, Ras al-Ayn, entre otros, por donde realiza sus intercambios de petróleo, derivados y bienes incautados, armamentos y partidarios. También el EI desea detener la ofensiva de la oposición en Alepo, ya que no tiene capacidad libre para explotar de la desestabilización en Alepo. Y ocupar territorios en una zona muy disputada, que constituye un frente bastante estable y de costosas ofensivas. Pero en la provincia nororiental de Hasaka quiere consolidarse, para aumentar su continuidad geográfica, proteger sus pasos fronterizos con Irak y Turquía, aquí está Tel Abyad, y aumentar su retaguardia estratégica, reforzando así el saliente proyectado desde Palmira.
UNA EJECUCIÓN EN PALMIRA…
Turquía, que quiere mantener en su frontera sur un difícil equilibrio político militar, recela tanto de los kurdos del YPG (sirios), como del EI, acercándose a su territorio en fuerza. Y Erdogan está considerando establecer una zona de seguridad de 10 Km. de profundidad en territorio sirio desde la frontera común, ocupándola con unos 12 mil soldados turcos. Desde ella, los turcos podrían también controlar parcialmente otros 25 o 30 Km. de profundidad más, empleando su artillería pesada. Es un tema espinoso y controvertido, de trascendencia internacional indefinida, por lo que el jefe de las FF.AA. le ha pedido a Erdogan una orden formal por escrito, que el mandatario aún no ha otorgado.
Los bombardeos aéreos de la Coalición de las 60 naciones, adscritos a la Operación “Inherent Resolve”, erosionan y causan bajas al Estado Islámico desde hace casi un año. Pero no detienen sus operaciones militares principales de fijación de sus enemigos y de aumento del territorio del Estado Islámico. Mientras los países occidentales, incluyendo los EEUU, la OTAN y la Unión Europea, en cualquier grado y combinación práctica necesaria, no estén dispuestos a poner sobre el territorio sirio y/o iraquí una inversión suficiente de combatientes propios, en forma de fuerzas interarmas terrestres, distribuidas en la combinación apropiada para las tareas que se les atribuyan, el EI no será batido por sus enemigos de esos países árabes infestados. Y parece que se podrá defender indefinidamente de sus enemigos fronterizos. En los ataques aéreos en Siria participan Arabia, los EEUU, Bahrein, Canadá, los Emiratos Árabes Unidos y Jordania. En Irak, solicitando permiso operativo a su gobierno, bombardean Australia, Bélgica, Canadá, Dinamarca, los EEUU y Gran Bretaña.
El Escenario Geográfico del Estado Islámico (EIIL).
Esta organización actúa en una franja difusa, no ocupada, sino controlada, de unos 300 mil Km2., que se extiende por Irak y Siria, desde Bagdad hasta Alepo y las montañas del centro oeste de Siria. El ancho varía a lo largo del recorrido. El territorio depredado comienza en Faluya, a unos 60 Km. al oeste de Bagdad, y engloba las cercanas ciudades de Habbaniya y al-Ramadi y la extensa y desértica provincia de Anbar. Y, siguiendo el Eufrates hacia el noroeste, alcanza las ciudades ribereñas de Haditha y Âna, antes de internarse en Siria por la ciudad de Abu Kemal, dejando atrás la provincia de Nínive y parte de la de Saladino. En medio del desierto del sur y el este de Siria, sólo aliviado por el río, está la ciudad de Dayr al-Zawr. Y continuando por el río, llegamos primero a Raqqa, junto a la desembocadura del río Belikh en el Eufrates. Y luego al lago artificial al-Assad en el gran meandro del Eufrates, para continuar hasta Alepo y las montañas kurdas del centro oeste, en la frontera con Turquía. Hasta unos 10 millones de personas podrían estar controladas por el EIIL en este territorio.
EJECUCIONES DE ENEMIGOS DEL DAESH
No es fácil trasladarse por esas tierras, que son infecundas, más allá de los regadíos del Eufrates y del lago artificial al-Assad, sin dejar una “huella táctica” de la marcha. Los terrenos de esta gran franja carecen de ocultamientos y cubiertas naturales, en forma de bosques, matorrales extensos y montañas. Esto hace que los más frecuentes refugios y estancias para los grupos yihadistas sean las aldeas y poblaciones a lo largo de su eje central: el río Eufrates, sus aluentes, como el Jaipur en la provincia de Hanaka, y sus riberas. Para su defensa y cobijo más duraderos tienen que dispersarse por ellos, formando una o varias “cuadrillas de muyahidines” de no más de 40 hombres cada una.
Posibilidades operativas decisivas.
En cualquier caso, la lucha en los territorios ocupados por el Estado Islámico es una lucha urbana. No es terreno para una guerra de movimientos. Lo fue en junio de 2014, cuando el Estado Islámico se desparramó, incontrolable y avasallador, por el norte y noreste de Irak. Y los 30 mil soldados iraquíes de las provincias de Nínive y Saladino salieron, acongojados y de estampida, hacia Bagdad. Buscando amparo y refugio entre los muros de la gigantesca urbe y su barrio chií al-Sadr, al este del Tigris. Y ello ante la simple “marcha al combate” de varios cientos de muyahidines, montados en Toyotas pck-ups, semidescubiertos y artillados con cañones ligeros y ametralladoras pesadas. Por cierto, ¿quién les facilita los siempre presentes vehículos Toyota a los muyahidines? ¿Algún concesionario neoconverso a al-Bagdadi?
La estrategia operativa de las bandas irregulares del Estado Islámico se centra en nunca dejarse empeñar por el Ejército u otras fuerzas superiores en combates “posiblemente perdidos por adelantado”. Sus técnicas y tácticas son la movilidad continua y previsora; la dispersión y la infiltración en la lucha urbana, adelantándose en una defensa flexible, desgastante, con cesión de espacio; las acciones pequeñas, dispersas y más o menos simultáneas o secuenciales en un área; la huida escalonada; la lucha con objetivos limitados y en condiciones ventajosas temporales; el abandono sistemático de posiciones, obligando al enemigo superior a desplegarse y prepararse cada vez. Ellas pueden ganarle al EIIL el tiempo necesario para sobrevivir.
ADORAN LOS TOYOTAS. ¿QUIÉN LOS PAGA?
En las ocupaciones temporales de poblaciones grandes, extienden sus posiciones defensivas más allá de lo necesario en la defensa convencional, cubriendo una mayor superficie. Sus “puntos de retardo” son difusos y ocultos e imperceptibles para los extraños. Hay que entrar en las casas para detectar paredes perforadas y encontrar pasadizos bajo un mueble o una alfombra. La destrucción que genera el fuego pesado impreciso, refuerza sus posiciones de combate, rodeándolas de cascotes que dividen y dificultan los accesos del enemigo, salvo cuando son alcanzadas por un impacto directo. Los nidos de resistencia tienen más importancia en esta forma de lucha. Porque la ocupación de la zona de defensa es más tenue, las posiciones no pueden fortificarse demasiado, las vistas son más cortas y existen numerosas vías de aproximación. Ellos dependen de los puntos de retardo y a ellos se repliegan si son invadidos o destruidos. Existen numerosas posiciones alternativas o de recambio. Esta estructura de rechazo permite engañar al enemigo que ataca e irrumpe sobre: el límite anterior de la posición de defensa, su verdadera extensión, los límites de los sectores que la forman y el interés del mando rebelde en la defensa de la zona; y consigue dispersar el fuego pesado del atacante.