LA CREACIÓN DE LA SORPRESA MILITAR.

Prolegómenos.

La sorpresa militar forma parte más del arte bélico y de su creación, que de la ciencia militar, la doctrina, sus reglamentos y los principios o “normas del buen hacer en la guerra. Desde luego, su ámbito y sus instrumentos los toma de la ciencia militar. La ciencia militar tiene su lógica y su práctica orientada a la teoría aplicada.

La doctrina militar forma el armazón, la estructura, el corazón de todo el desarrollo y la sabiduría que la ciencia militar ha ido elaborando hasta el momento. La doctrina militar de cada estado incorpora la idiosincracia, la historia y la civilización de la nación correspondiente. Las virtudes permanentes y los valores, más temporales, de aquélla se reflejan también en su doctrina militar. Todo esto la canaliza en una dirección y un sentido.

El arte bélico tiene en su concepción y ejecución las características de: la variabilidad; la concepción insólita y singular; la aplicación diferente, inesperada y novedosa y la relativa ingenuidad (naturalidad y frescura) y libertad en sus hechos.

General Hermann Balck, uno de los más finos tácticos de las fuerzas blindadas alemanas.

Si nos guiamos principalmente por la ciencia militar, que también conoce y puede dominar el enemigo, los resultados de la dialéctica bélica los obtendremos manteniendo una superioridad en hombres y medios, marchas y maniobras. Y el coste será la atrición de los medios y el desgaste humano en una proporción mayor, y siempre indebida, que con el empleo de la sorpresa.

Así, una defensa escalonada en profundidad y con suficientes reservas, probablemente nos prive de muchas oportunidades para la sorpresa eficaz. Pero, casi siempre, actuando en el microterreno, como empleando un zoom táctico, podremos aplicar la sorpresa táctica u operativa, insólita e inesperada.

Desarrollo.

La sorpresa se concreta y materializa en una acción inesperada sobre el enemigo por el fuego y/o el choque. Que, aprovechando la no disponibilidad combativa habitual del enemigo, le hace víctima de un ataque que no está en disposición de rechazar con éxito.

Evidentemente, las unidades a cargo de la sorpresa deben eludir a la exploración, a las avanzadas de combate y a la seguridad enemiga. Encargadas de dar al grueso que las destacó, el tiempo suficiente para adquirir la disponbilidad combativa que le permita el rechazo de su atacante.

Pero, la sorpresa mental no sólo debe ser inesperada para el enemigo. Sino que, para que se pueda aprovechar la totalidad de su potencial y efectos, debe ser también desacostumbrada, especial, infrecuente. Con una tendencia indudable a ser “insólita, nunca vista”. Este carácter insólito, nunca ocurrido, refuerza extraordinariamente el carácter al uso, inesperado y súbito de la sorpresa.

Imagen relacionada Tanque T-34 /76 soviético.

No siempre tenemos a mano la insolitud. Y la sorpresa favorece frecuentemente, al emplear la ley de la acción, al rival más móvil e, incluso, sólo activo.

Entonces, el empleo y la manipulación de las “apariencias”, las características apreciadas de los eventos y sus circunstancias, nos permitirán establecer y desarrollar una “situación” táctica u operativa nueva. Que, para el enemigo, resulte sorpresiva e insólita. Y que nos dé una victoria insospechada al principio de la situación dialéctica planteada.

Ejemplo táctico con Trascendencia Operativa.

Veamos un ejemplo de una fuerza extraordinaria actuando como fuerza normal, indu-ciendo al enemigo a un engaño completo, gracias a la manipulación de las apariencias de las circunstancias.

Con el avance de los soviéticos amenazando operativamente Rostov, el 4º Ejército panzer del coronel general Hoth se retiró en enero de 1.943 de sus posiciones en las riberas del Sal, estableciendo una línea defensiva al sur del río Manich. Por aquella ciudad pasaba la vía de abastecimientos y de retirada del 1er. Ejército panzer y debía mantenerse abierta, si se deseaba evitar un desastre cualitativamente similar al de Stalingrado. El Sexto Ejército atrapado aquí era la unidad tipo ejército más poderosa de la Wehrmatch. El 4º Ejército panzer recibió la misión de proteger este cuello de botella de las comunicaciones del Grupo de Ejércitos Don.

Pronto alcanzaron los soviéticos la confluencia del Manich con el Don. Apoderándose de la pequeña ciudad de Manutchskaya, en su ribera sur y situada a sólo 30 Km en dirección a la desembocadura del Don. Los soviéticos adelantaron entonces destacamentos avanzados en esa dirección. El 23 de enero, la 11ª división panzer y la 16ª división de infantería contraatacaron a las puntas de avance soviéticas y las rechazaron sobre Manutchskaya.

Ahora era vital restaurar el frente al sur del Don y del Manich, expulsando a los soviéticos de esa ciudad. Que constituía una de sus características cabezas de puente, que con enorme habilidad sabían reforzar rápidamente, una vez constituidas.

Los alemanes realizaron un ataque directo desde el suroeste el día 24, buscando sorprender a los soviéticos, con la continuidad de las operaciones. Pero se encontraron con el fenómeno citado. Los soviéticos ya habían creado un frente antitanque en esa entrada a la ciudad. Emplazando tanques con sus cascos semienterrados y distribuidos entre los edificios, a lo largo de las calles en profundidad y que eran de muy difícil localización.

La 11ª división panzer, muy veterana y con un magnífico táctico por jefe, el general Hermann Balck, cesó rápidamente el ataque al detectar la importancia de las defensas, sin empeñarse a fondo.

Imagen relacionada Panther de la 11 división panzer circa verano 1943.

El día 25, el general Balck inició un ataque sobre el sector noreste de la ciudad, que los soviéticos identificaron como el asalto principal, similar al anterior y siguiendo el criterio ortodoxo de “no insistir en ataques fallidos o frontales” (no provechosos). Por ello, trasladaron rápidamente sus medios antitanques (los tanques son los más móviles) al sector amenazado.

Para que ese ataque fuera creíble (manipulación de las apariencias) se empleó en un principio en su apoyo toda la artillería divisionaria. Se trataba, además, de la dirección de ataque más peligrosa para los soviéticos, ya que ésa era la parte de la ciudad más cercana al puente principal de carretera sobre el Manich y su ocupación aislaría la cabeza de puente soviética en la ribera sur. Esto constituirían las “evidencias primarias”.

Probablemente el ataque en el sector nordeste ya fue considerado por la defensa soviética como un ataque alternativo (una de las posibilidades) y por eso también reaccionó rápidamente al ocurrir.

El ataque principal “virtual” lo ejecutaban tanquetas de exploración y vehículos semi orugas de infantería, para simular la marcha de vehículos mecanizados, ocultos por cortinas de humo. Buscando más esconderlos de las vistas enemigas que proteger su avance por saltos observados. Esto prestaba una “evidencia secundaria” a la credibilidad de las “apariencias”.

Cuando el empeño soviético en la nueva defensa fue apreciado, lo cual confirmaba la alteración del dispositivo original y la atracción ejercida sobre él por el ataque normal “aparente”, el grueso de la artillería divisionaria lanzó un potente golpe de fuego sobre un sector de la zona suroeste de la villa. Una sola batería alemana quedó apoyando el falso ataque principal en marcha.

El grueso de los tanques del 15º regimiento panzer atacaron inmediatamente el límite anterior de la defensa y entraron en la villa. Avanzando por su interior, para atacar por la retaguardia el nuevo despliegue defensivo soviético, especialmente sus tanques. La infantería mecanizada alemana cerró tras ellos después de la irrupción.

La resistencia soviética se desmoronó. Su infantería se dirigió al puente sobre el Manich, siendo perseguida por el batallón de motoristas 61. Las bajas alemanas en la liquidación de la defensa de Manutchskaya fueron, según fuentes propias, de un muerto y catorce heridos. Atribuyéndoseles a los soviéticos entre 500 y 600 bajas y 20 tanques destruidos.

Creo, que toda la exposición es clara y simple. Que son características necesarias de las maneras prácticas y reales del buen hacer.

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