Irregulares entreverados con Civiles y contra Regulares
Introducción.
La estructura del despliegue militar de Hamas se basa en la “brigada corta”, que es una unidad operativa táctica muy usada por las fuerzas irregulares o partisanas o guerrilleras, cuando alcanzan cierto desarrollo en sus capacidades y despliegues. Esas “brigadas cortas” de Hamas cuentan con unos mil a mil 500 hombres en su orden de combate, según su armamento fundamental. Las más numerosas son las de infantería y las de élite. Cuentan también con algunas compañías independientes especializadas de dotación adecuada corta.
Las brigadas carecen de defensa contra aeronaves o unidades blindadas como tales o de artillería de campaña orgánicas. Esto las convierte necesariamente en fuerzas ligeras irregulares, capaces de combatir de manera móvil y empleando tácticas de lucha irregular. Buscando más su movilidad y las zonas no defendidas adecuadamente del despliegue enemigo. El rechazo en zonas urbanas les da un plus de efectividad, protección y seguridad frente al enemigo militar regular. Ya que las poblaciones forman o se moldean en multitud de escondrijos, pasadizos, túneles y alturas ocultantes relativas (pisos, parques, cunetas, ventanas, balcones, azoteas y boquetes en paredes y muros).
Las intersecciones de las vías urbanas mayores, los edificios altos y los de estructura de acero (fábricas especialmente) pueden formar principalmente los núcleos de los puntos de retardo de la defensa. De estas posiciones fuertes dependen los nidos de resistencia, de los que hay en gran número, también como posiciones alternativas. Estos nidos, cuando están activos, están ocupados por dos o tres hombres y pueden contar con fusileros o una ametralladora ligera, formar una posición antitanque o de francotiradores. En los patios interiores de las casas, incluso en azoteas, despliegan sus morteros de 80 o 60 mms, cuya posición es cambiada en cuanto lanzan unas cuantas bombas. Todo ello da su cohesión a una posición de defensa que actúa en un sector de la franja de Gaza.
Normalmente, salvo en los últimos momentos de un asalto, los civiles permanecen entreverados con las posiciones irregulares de Hamas. Las pérdidas de civiles palestinos es uno de los objetivos colaterales “deseados” por Hamas. Para presentar ante el mundo y desprestigiar a Israel por su lucha “Asimétrica contra Civiles Inermes”. Hasta ahora, el número de muertos civiles palestinos es de unos 300 al día de media. Una cifra inquietamente tolerable de “mártires del Islam y su Yihad Menor”.
Desarrollo.
Entre las pocas decenas de miles de milicianos de Hamas, no más del 30 % están capacitados en estos momentos para utilizar una defensa limitada en el tiempo como forma de lucha. Estos “islamistas irregulares urbanos” se protegen extendiendo sus posiciones defensivas más allá de lo necesario en una defensa convencional, cubriendo así una mayor superficie controlada. Estas “fortalezas” son difusas, ocultas y aún imperceptibles para los extraños. En muy pocas horas se ocupan y se refuerzan las obras previas. Sus vías de comunicación necesitan más tiempo de trabajo, pero también son menos evidentes. Hay que entrar en las casas para detectar paredes perforadas y encontrar pasadizos o verdaderos túneles bajo un mueble o una alfombra. En su lucha defensiva procuran causarle al enemigo militar las pérdidas más elevadas posibles y obligarle una y otra vez a reorganizar y a dirigir su despliegue. Pero lo hacen siempre sin exponerse excesivamente a una lucha a las distancias cortas, a ser desbordados o a perder su libertad de acción. Esto va ligado inexorablemente a la cesión de espacio urbano a los militares. Para ello se sustraen en el momento que estiman oportuno al ataque directo de su enemigo, no a su bombardeo o cañoneo extensivo, impreciso. Y así se anuncia, una y otra vez, que tal o cual ciudad ha sido liberada de “enemigos acérrimos”.
Ocupar poblaciones es lo mismo técnicamente que asaltar una manzana, un bloque de pisos o una casa. ¿Cómo es esto? Porque la estructura de los objetivos es similar: paredes, espacios entre paredes y huecos en las paredes. Son tres las etapas del ataque a una localidad: aislarla, entrar y asentarse en ella y luchar en su interior contra los defensores.
El aislamiento implica ocupar o cubrir con fuego medio y pesado eficaz y sin fisuras, todas las posibles vías evidentes y ocultas de escape de los rebeldes, desde una cierta distancia a la población. Asimismo, deben cortarse exteriormente todos los servicios de agua, energías y comunicaciones. Como existe la posibilidad de que alguna banda enemiga cercana acuda a hostigar o a distraer para ayudar al escape del grupo cercado, es necesario establecer a cierta distancia del cerco interior uno exterior, igualmente férreo y sin claros de vistas y fuego, que cubra todas las posibles vías de aproximación. Llamaremos anillo al espacio suficiente creado entre ambos cercos discontinuos para dar protección, abastecimientos y cobijo a las fuerzas de asalto. Por el anillo se colocarán centinelas dobles en puntos sensibles, reforzados por pequeñas patrullas móviles, destinados a desbaratar las infiltraciones rebeldes en ambas direcciones. El anillo contendrá 2 reservas móviles de tamaño variable, colocadas en los sentidos opuestos de una dirección (por ejemplo, norte-sur), para rechazar los intentos serios de ruptura. El mando de la defensa del anillo estará a cargo de un jefe único, distinto del atacante.
Una buena vía de aproximación debe permitir al atacante aprovechar un espacio no cubierto por la defensa y alcanzar su objetivo sin merma inicial de su capacidad de combate. Las redes de alcantarillado pueden contener trampas explosivas. Y aquí no hay bosques colindantes que brinden ocultación y cubiertas al fuego pesado. Dado que el defensor rebelde va a retirarse seguramente de los bordes urbanos, defendidos sólo por avanzadas de combate, lo mejor será alcanzar en un primer empuje las primeras posiciones seleccionadas en el interior del perímetro urbano. Se pueden buscar entradas desde varias direcciones. E incluso y para evitar las bajas civiles, hacer alguna preparación previa sobre los edificios destacados exteriores, empezando con ráfagas de ametralladoras pesadas y empleando luego artillería o helicópteros artillados.
Como ejemplo, una sección avanzaría siguiendo el trazado de una calle árabe. Una sección iría por el interior de los edificios de un lado y la otra por los de enfrente, cubriéndole con su fuego ligero automático. La tercera sección seguiría detrás, alternativamente a uno u otro lado. Los observadores avanzados agregados a la Ugda (o brigada israelí), cuyo plural es Ugdot, podrían ir con éste, mientras que los medios de fuego pesado directo seguirían atrás por la calle. Las tareas se irían intercambiando entre las secciones. La compañía reforzada iría avanzando siguiendo una o dos calles semi paralelas y relevando a las secciones tras un tiempo. Dispondría de algún pelotón en reserva destinado a eliminar los ataques flanqueantes o francotiradores ocultos.
El batallón reforzado cubriría el ataque en un sector de la ciudad, mantendría la cohesión del esfuerzo con los planes superiores, daría la iniciativa en el combate a las compañías y garantizaría un flujo continuo y suficiente de equipos y material. También facilitaría el apoyo de fuego pesado y dispondría de secciones destinadas a la limpieza de posiciones enemigas, ocultas o flanqueantes.
Y, ¿por qué esto no se realiza sistemáticamente? Aún recuerdo vagamente las noticias sobre el laureado capitán Palacios y sus camaradas, después de años de durísimo cautiverio como prisioneros de guerra en la URSS, arribando en el “Semiramis” al puerto barcelonés.
También tengo muy frescas las vistas y declaraciones de todo tipo de los 15 marineros e infantes de marina británicos, en marzo de 2007: tras su captura en supuestas aguas iraníes, su exhibición ilegal (contra la Convención de Ginebra) ante las cámaras, su emotiva despedida al presi Mahmud (se puede pronunciar Mamut) y a Irán y su vuelta a casa, vendiendo inmediatamente provechosas exclusivas informativas, a cambio de que no se filtraran datos sensibles al público. Son ejemplos de lo que podemos esperar en general de los soldados ultra tecnificados occidentales del siglo XXI. Los islamistas fanáticos radicalizados estarán frotándose las manos y recreciéndose en su determinación, dentro y fuera de nuestras fronteras. Pues, por eso…
(Continuará)