Introducción.
La Unión Europea está intentando actualizarse y estructurarse de tal manera que, en el caso de un ataque súbito por un enemigo externo, se encuentre en “condiciones de rechazo” en un plazo razonablemente corto.
El principal problema que enfrenta para realizar esta tarea es la falta de una “estructura de dirección y decisión” Efectiva, Probada y Rápida. Que sea común, entrenada para esa tarea múltiple y con los órganos de dirección y decisión empoderados y respetados.
Para lograr ello hace falta ver y sentir los gastos de defensa nacionales como una necesidad esencial del Estado y la Nación. Ya que ellos suponen también la implicación de la población en la función de la Defensa. Esto es, hay que disponer de armas, de una estructura militar y una doctrina o pensamiento militar ideológico y estratégico y práctico y de un número suficiente de ciudadanos enrolados.
Viendo lo que pedimos y cómo estamos, con la amenaza de un probable giro político económico estratégico en nuestro Aliado Esencial, los Estados Unidos, podemos valorar la ingente tarea que nos acucia.
La Amenaza al gran flanco sur de Europa.
Algo debemos de tener los europeos para que «vecinos y lejanos» de distintas etnias e ideologías, deseen tanto compartir su vida con la nuestra.
Creo que más bien buscan nuestras riquezas materiales. Y, nuestra cultura, incluyendo la religión, también orillada por nuestros regímenes laicos, les trae al pairo.
Los islamistas salafistas yihadistas intentan penetrarnos por el sur. Parece que en este caso van en busca de su «Al-Andalus«, ahora una “mezcla lograda de quimera, verborrea, borrachera de hierbas autóctonas y delirio”. Y, de vengar alguna «afrenta» al Islam, casi siempre inventada o tergiversada, pero, creída ciegamente por sus seguidores rasos.
De momento, el Mediterráneo es nuestro gran foso defensivo: que estorba e impide los «movimientos armados grupales«.
El Apoyo Europeo a los países amenazados de la Franja Sáhara/Sahel.
Hay una inmensa zona del Sáhara y del Sahel, éste es la zona limítrofe entre el desierto y la vegetación exuberante, que comprende el este de Mauritania, el norte de Mali (desde Tumbuctu) y de Burkina Faso, el oeste de Níger, el noreste de Nigeria, la árida Somalia y las zonas montañosas del sur de Argelia, donde los grupos guerrilleros nacionalistas o islamistas comenzaron a asentarse para aislarse, protegerse y adoctrinar.
Hace ya tiempo que, con distintas implicaciones, la Unión Africana y Francia, como antigua potencia colonial de muchos países de la zona, negociaron y establecieron con los países más afectados y dispuestos a recibir el apoyo extranjero, la llegada y el establecimiento en ellos de contingentes armados franceses y de la Unión Africana.
Sus Tareas eran:
El entrenamiento de las fuerzas locales en la guerra de guerrillas y en la guerra moderna, como fuerzas ligeras móviles.
El apoyo al Ejército local en armamentos y equipos.
La lucha directa de parte de los contingentes extranjeros empleando el patrullaje enérgico, el apoyo aéreo a las operaciones que se realicen, las operaciones de cerco y aniquilación de contingentes irregulares importantes. Estas operaciones padecen de un alto grado de fiasco, ya que los guerrilleros capaces entrenados se dispersan en pequeños grupos o parejas y se escabullen o esconden.
La vigilancia temporal de posiciones sensibles de las instituciones y las fuerzas locales y la protección de las autoridades centrales y locales. Está última tarea va a ser el gozne, la bisagra, el fiel de la presencia y la continuación de las tareas europeas, nada menos que en toda la Franja Geoestrategica Africana ya citada.
En Mali tuvieron lugar algunas de las más fecundas operaciones contraguerrilleras de toda la Franja del Sahara-Sahel.
En Mali han estado estacionadas durante muchos años las fuerzas multinacionales de la Unión Africana y de Francia, alcanzando sobradamente los 10 mil efectivos. Como parte de las fuerzas extranjeras y estacionadas al sur de Bamako, la capital, participó un contingente español de élite, con la misión de entrenar en las tácticas y técnicas contraguerrilleras modernas, a las más prometedoras unidades del Ejército de Mali.
Los militares extranjeros expulsaron hacia 2012 a los guerrilleros regionales de al-Qaeda (pronunciada en inglés, al-Qaida) del Magreb Islámico de sus posiciones en el centro del país, al sur del Azawad, la tierra de los nómadas tuaregs, y evitaron su regreso a los montes Kindal, al noreste de Mali, un santuario para irregulares. El ejército de Mali se había convertido en un proyecto frustrado y defraudador. Los tuaregs y los islamistas lo podían batir o asustar y expulsarlo, pero no tenían capacidad de defender posiciones frente a unidades entrenadas, equipadas y motivadas extranjeras.
En los últimos años, también participaron los militares aliados en detener en Tumbuctú, en el centro del país, a unos mil km al norte de Bamako, el avance del Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad, desde el norte de Mali. Los islamistas y los tuaregs nacionalistas unieron sus fuerzas para batir y expulsar al ejército de Malí de Tumbuctú, como había ocurrido años antes. Pero, el Ejército nacional no había mejorado mucho en la última década en sus capacidades militares y en reformarse en las virtudes personales y ciudadanas.
En el mismo tiempo histórico que en Mali, surgieron en la Comunidad de Estados del África Occidental (CEDAO), intentos para crear otra asociación de países centro africanos, siguiendo las pautas e intereses de estos nuevos estados.
Sus características más íntimas, no necesariamente explicitadas, eran:
ceder el Poder por un tiempo “indefinido” a las Fuerzas Armadas nacionales, como único órgano y estructura de poder en los países;
retirar de los países de la Alianza de los Estados del Sahel (AES) a las fuerzas armadas aliadas extranjeras (europeas), en las que veían los jefes militares nacionales, una capacidad militar cualitativamente superior y unos deseos insoslayables de establecer unas democracias en sus países;
el método bonapartista de emplear a las fuerzas nacionales para ocupar el poder firmemente, con el apoyo militar de las fuerzas armadas de los países del AES, apoyándose unas a otras y dejando sin función a los aliados europeos;
la casta militar, los jefes militares detentadores potenciales del poder, lo utilizaron en cada país, pretextando cualquier problema estructural o jerárquico. Y esto creó un espíritu de asociación, de hermandad entre los jefes militares de todos esos países, que perdurará mientras su utilidad ayude a mantenerlos en el poder.
los jefes militares de cada país de la Alianza de los Estados del Sahel encuentran en los mercenarios rusos de Nueva Hornada, la “post Yevgeny Prigozhin”, a unos colaboradores mucho más útiles y cómodos (“No Problem”) que los franceses y demás fuerzas europeas. A cambio de esas protecciones personales, Rusia está interviniendo en los negocios de esos países, como comisionista y los chinos se presentan como los sabios inversores, que nunca fueron colonizadores en África.
Francia, la nación europea más implicada en la misión de apuntalamiento de las naciones de la Franja del Sáhara/Sahel, accedió bastante rápido a los requerimientos de las Juntas Militares nacionales. Y, cambió drásticamente su Estrategia Nacional sección ÁFRICA. Ahora mantiene acuerdos económicos y de creación de infraestructuras e inversión en energías en Mozambique, Malaui y Zambia. En lenguaje popular, vivo y vívido se podría decir que los gabachos habían cambiado “la Vaca por la chiva”.
(CONTINUARÁ)