Teoría e Historia Militares y Temas de Interés Permanente en los Conflictos y Crisis Modernos. Military Theory and History and Topics of Permanent Interest in the Modern Conflicts and Crisis.
Los chiíes no tenían medios, ni organización para dominar en los territorios donde abundaban. Así, el chiismo, en minoría demográfica casi siempre, asume una actitud fatalista, pasiva, incluso de sufrimiento físico por ello.
Los chiíes están a la espera del retorno del Imán (califa) desaparecido. Imán es el nombre que toman los guías político-religiosos en el chiismo.
La Historiografía, mitología o historia sagrada Chií se resumiría:
El califa imán de los chiíes desaparecido vendrá como “Al-Mahdi” (el Guiado por Allah) en un momento dado de la Historia, para hacer triunfar a la Umma (Comunidad musulmana) ortodoxa (los chiíes) en el Mundo, por un largo período.
Se dice que hasta un milenio en la Tierra, antes de ser llevados individualmente a alguno de los cielos del Islam. Hay siete cielos, en el último de los cuales está Abraham, padre de los semitas, al cual visitan diariamente unos 50 mil ángeles de Allah.
A diferencia de los sunníes, los chiíes establecieron pronto un clero musulmán. Encargado de guiar al pueblo y mantener la “ortodoxia ideológica” de la Umma.
En el Islam no hay teología. Porque Allah es inmarcesible, incomprensible, inalcanzable para los hombres. Y, eso de padre, padre, nada. El Islam es el sometimiento incondicional a Allah. Sólo llegan al Insha’Allah, “que Dios lo quiera”.
El núcleo de la ideología chií está en Qom, Irán. Que es, salvando todas las diferencias inevitables, como un “Vaticano”. Aquí hay gran ayatolá, ayatolás y hoyatoleslam, disminuyendo por orden jerárquico. Y, no hay una correspondencia sistemática entre los grados de estudio en ciencias islámicas y el escalafón de los distintos títulos en la gobernanza.
Durante la larga guerra civil de Siria, los israelitas bombardearon en más de una y de dos ocasiones a unidades de Hezbolah, que se hallaban luchando allí a favor de Bashar al-Asad, el médico presidente Alauita. No hicieron ataques de precisión, para volatilizar a un blanco puntual.
Tras el ataque de este último tipo usado contra Hassan Nasrala, en Beirut, el jefe principal de Hezbolah durante muchos años, el Más Supremísimo de Irán, Alí Jamenei, amenazó con una guerra total contra Israel, llamando a la unión del Islam para ello. Y, tenía al lado un fusil AK.
Pero, según lo dicho antes, el chiismo no ganará nunca una guerra total. Su importancia y capacidad en el mundo musulmán lo impide. Y, para ello ti,ene que venir el califa desaparecido, como al-Mahdi, y que lo llevará al triunfo inevitable en la Tierra por un Milenio. Primera Contradicción Esencial.
Otra contradicción esencial es que Allah les dió a los musulmanes, como armas de lucha contra los idólatras y los judíos, la lanza, la maza, la espada y el arco y sus flechas. Para que conquistaran sus tierras de Dar-al-Islam. Donde el Islam gobierna y practica su religión en plena libertad y dominio.
Y, con ellas conquistaron en un siglo desde Persia (imperio sasánida) hasta España, casi todas las tierras del Califato sunní. En unas campañas sucesivas, triunfantes y asombrosas.
Incorporando las regiones conquistadas al califato, sin perseguir a los habitantes. La vinculación administrativa con el poder era el pago de un impuesto variable por practicar otra religión. Eso ligaba a los habitantes con la guarnición musulmana de la zona y con el cadi, caid o gobernador. En algunos casos, el Sakat o limosna canónica musulmana era superior al impuesto a los infieles.
El 1 de noviembre del 630, el Profeta entra triunfante en La Meca, suprime la idolatría reinante antes del Islam, defendida por la casta gobernante y la Kaaba, la piedra sagrada, se transforma en un centro de piedad musulmana. Será el punto a donde los fieles musulmanes dirijan diariamente sus cinco oraciones del Salat. Los más devotos viajan con su alfombrilla de oración y unas tablas, donde calculan las coordenadas del punto donde están, para orientarse bien en la dirección de La Meca. Antes, los musulmanes se orientaban hacia Jerusalén, pero, el comportamiento hostil de los judíos hizo que Mahoma cambiara la dirección geográfica del Salat.
En el 632, Mahoma muere en Medina, la ciudad del Profeta. En el 711, invaden la Península Ibérica, cuya mayor parte ya está conquistada en 726. En el 732, la derrota musulmana en Poitiers a cargo de las fuerzas de Carlos Martell, frustra el intento de expansión en Occidente.
Y, los Chiíes y sus aliados irregulares están usando sin cesar los cohetes balísticos y de vuelo libre contra los hebreos. Y, no vencen.
Y, ahora entramos en el terreno “imaginativo de lo posible”.
En el conjunto de los clérigos de Qom puede ocurrir que surja, entre los más jóvenes, preparados y ambiciosos, la tentación de forzar la venida de al-Mahdi. Y entrar en la espiral victoriosa invencible.
Que estén acariciando la idea de que, allanar militarmente Tel Aviv, los pondría a la cabeza del Islam.
El Islam que fue grande y poderoso, según ellos, cuando llevó a cabo la Yihad Menor: propagar por las armas el Islam. También, los turcos sunníes piensan que la Sublime Puerta sólo fue fuerte y próspera en los largos períodos en que se enfrentó con los europeos, por el control del Mediterráneo y de la Europa Centro Oriental.
Ya la revolución de Jomeini le dió a los chiíes un espaldarazo y una influencia, entonces impensable, entre los musulmanes añorantes, jóvenes y/o belicosos.
Hay un atractivo hipnótico (mesmérico) para los dirigentes iraníes, en la parte oculta, no dicha, ni revelada al pueblo, de la política y la religión, de que “Aquello” sería el aldabonazo a al-Mahdi oculto. Para que reaparezca y se ponga al frente de sus fieles chiíes, en el triunfo del Islam a la Culminación de la Historia.
Tenemos delante, frente a frente, a los dos rivales más peligrosos y extraordinarios que existen sobre la Tierra. Ellos son los judíos o israelitas y los islamistas Chiíes.
¿Qué les da semejanza a los dos? Ambos tienen una religiosidad recia, a prueba de cualquier cosa, que es parte de su identidad y la esencia de su vida.
Los judíos o israelitas.
Los judíos son un pueblo pequeño, que ha sobrevivido a los avatares de la Historia de una manera realmente singular y especial: persecuciones, pogromos, genocidios, destierros colectivos, intentos de asimilación religiosa, culpas colectivas recibidas, deportaciones.
Según su ideario, es el pueblo Elegido por Dios para custodiar y llevar a través de la Historia el Plan de Yaweh para la Humanidad. Ellos ostentan, atesoran las promesas de Dios a Abraham, Isaac, Jacob, Moisés. En esto se consagra su mérito, marchamo y superioridad.
Los israelitas se han desviado de esto muchas veces, pero, la ira de Yahweh se ha aplacado siempre. Entre otras cosas, porque Dios necesita de ellos para culminar su plan para los hombres. Yahweh les ha ido enviando a sus avisadores, mensajeros o profetas, para corregirlos, y les ha castigado colectivamente con destierros, hambrunas, nomadismo, una señal de que era el pueblo el que se había apartado de Él.
Dios para los hijos de Israel no es un Padre. Esto es inverosímil. Dios es un “Gran y Poderoso Señor Creador”, con todas las características en superlativo. Que les lleva por sus caminos, que les premia y castiga. Los hizo a su imagen y semejanza; pero, eso no quiere decir que Dios tenga ojos, oídos, piernas y manos. Y, es Amoroso con todas sus criaturas.
Sólo los cristianos ven y sienten en Dos a un Padre, en Jesús a un Hermano Redentor y en el Espíritu, al Guía y Consolador de su vida terrenal, suave y serenamente.
Esa pertenencia les da a los israelitas una seguridad tranquilizadora. No son proselitistas, no buscan extender su religión a los demás, incluso a sus convivientes extranjeros. Los demás no pertenecen al pueblo de Dios y no tienen nada que ver con la Salvación. Éste es el tuétano, la esencia central y el meollo de todo.
Esto les da a los israelitas un valor inédito, sólido y seguro ante una pavorosa Guerra Nuclear. Que Israel, de entrada, no busca, ni desea. Ellos avanzan en los combates, sin preocuparse del mayor número de enemigos, porque Jahweh Pelea a su Lado.
Si Dios quiere ocurrirá y ellos serán tomados por los ángeles hacia Jahweh, en la culminación de la Historia.
Los musulmanes Chiíes.
Existe una gran diferencia ideológica y práctica entre el sunnismo y el chiismo.
Éste se siente perseguido, en razón de las ortodoxias dinástica (defiende los derechos de la familia del Profeta a la conducción del Islam) e ideológica (admitemenos fuentes de revelación, limitando los Hadices, los dichos y hechos del Profeta, por su origen-quién lo comunicó- y línea de transmisión), que los chiíes proclaman y defienden.
A’isha, la tercera y más cultivada de las esposas del Profeta, hubiera sido un califa si fuese un hombre, y Alí, primo, yerno, esposo de Fátima, la hija favorita de Mahoma, son los dos principales y reputados creadores de Hadices para sunníes y chiíes. Éstos comienzan así: Yo ví…; yo oí…; yo supe… y también se van poniendo los sucesivos transmisores. Esta cadena garantiza la trazabilidad del hadiz.
Omar, el segundo califa, tras Abu Baker, trabajó para depurar y organizar los Hadices y los textos del Corán.
El cisma del Islam se consolida el 10 de octubre del 680. Cuando las tropas de Yazid, segundo califa omeya, vencen y matan a Hussein Ben Alí, nieto de Mahoma, en la batalla de Kerbala, en Irak. Los caídos totales de los dos bandos en la decisiva batalla de Kerbala fueron setenta.
Los partidarios de Hussein “hijo de Alí” (esto es Ben Alí, pronunciado en inglés es Bin Ali. Y, luego nosotros lo llamamos como oímos, Bin Ali), se llamaban en árabe shi’at Alí, resumiendo, shi’is.
De todos son conocidos, por la exhibición en los telediarios, los ritos de autoflagelación que practican los hombres devotos en determinadas fiestas de los chiíes iraquíes.
Una razón poderosa de este sentido de pena y sufrimiento puede ser la gran inferioridad demográfica de los chiíes. El 90% de los musulmanes son sunníes, que ocupan los Lugares Santos del Islam y se extienden por todo el mundo. Del 10% restante, la inmensa mayoría es chií, más del 86%, y el resto corresponde a pequeñas fracciones, como los alauitas de Siria, los derviches turcos. Todos estos últimos son “la herejía dentro de la herejía” para los musulmanes sunníes.
A los efectos, los chiíes son como una isla (Irán, Irak, Siria, Líbano, Pakistán, que están limítrofes y con mayoría sólo en Irán e Irak) rodeada por todas partes por el océano de los sunníes.
La interfase de acción es un concepto espacial que define la zona y el espacio donde desarrollamos la acción violenta sobre el enemigo y sus medios, siguiendo criterios tácticos adaptados al carácter de nuestros objetivos. El factor de acción eficaz en las interfases de acción es el sistema de armas combinadas o interarmas.
En el ataque penetrante, por ejemplo, la superficie de las interfases se limita cuantitativamente y se seleccionan éstas en la profundidad enemiga, según sus puntos críticos y aquéllos que estorben al avance de nuestras fuerzas, por ejemplo, observatorios y puntos de fuego antitanque. En la defensa, aumentamos cuantitativamente las potenciales interfases en nuestra profundidad y de una forma algo laminar.
La interfase es la que posibilita una acción táctica y la destrucción del enemigo, aplicándole una pura atrición elegida, selectiva y favorable. La ausencia de interfases, por el contrario da una cierta seguridad a cualquier fuerza, concretándose solamente en una amenaza la presencia, incluso cercana, de su enemigo.
La interfase no es sólo lineal o frontal y con la profundidad del alcance de las armas pesadas de infantería y de los tanques, sino que se prolonga superficial y espacialmente por la acción de la artillería indirecta, de los medios de destrucción superficial (artillería reactiva) y de la aviación de combate y de bombardeo. A menor interfase en una zona de operaciones, funcionará más el criterio de maniobra operativa y en una mayor interfase, buscaremos desde posiciones ventajosas y con medios eficaces y sinérgicos (combinadas o interarmas) aniquilar (incapacitar) al enemigo.
Desarrollo.
La velocidad de intercambio (acciones y efectos) en la interfase es cualitativamente variable y está condicionada por la transitabilidad del terreno y por el carácter de nuestra intención. En el ataque buscamos la fluidez de las acciones tácticas. En la defensa, deseamos añadir un espesamiento a las mismas, que nos ayude a romper al enemigo delante del límite anterior de la posición de defensa y en las distintas emboscadas y bolsas de fuego preparadas, tanto principales y alternativas como suplementarias, preferiblemente antes de su irrupción.
En las interfases existen ciertos puntos críticos, donde nuestra interacción táctica con el enemigo resultará especialmente eficaz. Son sus vulnerabilidades tácticas, sus vacíos de protección o de capacidad de combate o sus medios de defensa descuidados, aunque sólo lo sean durante un tiempo. La exploración de combate es imprescindible para detectarlos y es misión del jefe táctico decidir sobre cuál o cuáles actuar, buscando en la decisión táctica, la trascendencia operativa del mando superior.
La capacidad de combate se aplica sobre una interfase con una profundidad variable en función de las armas. La capacidad de combate posee un valor máximo, útil, relativamente estable para las distintas armas o sistemas de armas, que podemos medir en hombres por metro de interfase de acción.
Para el choque, por ejemplo, no es posible usar más de un hombre por 1,5 ms. de interfase de contacto. Para el fuego de tiradores, considerando una sección de 50 hombres útiles para unos 300 ms de interfase, su valor baja desde 0,6 a 0,15 hombres por m. de frente. La artillería produciría un efecto de cegamiento, de perturbación, de neutralización o de destrucción, añadido a la acción en la interfase, pero complementario de ella y nunca sustitutivo. El fuego de ametralladora no bajaría sustancialmente la proporción, ya que su fuego “equivale” al de un cierto número de infantes, según el terreno y su capacidad de adquirir blancos, en fuego rápido de 20 disparos por minuto y fusilero. Los tanques no parece que bajen tampoco ese valor por m. de interfase de acción táctica.
Sin embargo, desde las guerras de la antigüedad a las guerras de los años 80, la dispersión ha aumentado desde un valor proporcional de 1 a 5.000 en el campo de batalla o táctico. Para la defensa organizada estática moderna equivale a un batallón de 750 hombres en 3 Km2. La defensa móvil o en ambiente nuclear puede triplicar esa superficie. Esta dispersión ha vaciado el campo de batalla, cubierto ahora por el fuego directo y el fuego indirecto de apoyo, y ha permitido profundizar enormemente el terreno operativo de las grandes unidades, hasta los 50 a 75 Kms.
Una obstrucción, un desfiladero, un río en el que la interfase disminuyese o alterase, limitaría las posibilidades reales del atacante y potenciaría enormemente al defensor. Así, la batalla defensiva del rey Leónidas en el desfiladero de Las Termópilas, sería un ejemplo de contención de fuerzas abrumadoramente superiores, por la limitación absoluta de la interfase de acción entre los ejércitos persa y espartano y no poder aplicarse ésta sobre los centros críticos griegos, por ejemplo, un flanco expuesto, hasta que un pastor sirvió de guía a un contingente persa para alcanzarlo.
Toda esta complicación operativa convierte simultáneamente en improductivas o no activas, a la mayoría de las fuerzas empleadas en una acción en un momento dado.
Existiendo esa limitación práctica al uso de nuestra capacidad de combate disponible, debido a la desproporción espacio táctico/interfase en el combate, surge el tema de conseguir la aplicación máxima de nuestra fuerza.
Para lograrlo debemos de:
Aumentar todo lo posible nuestras interfases favorables con el enemigo, especialmente sobre los puntos débiles y críticos de su despliegue; rotar adecuadamente las unidades en contacto táctico; mantener un espacio de maniobra adecuado en nuestra retaguardia táctica, que permita impulsar las puntas de ataque necesarias o mantener las diferentes interfases defensivas posibles ante la irrupción o la penetración enemigas.
Y emplear a cada arma en la interfase de acción más favorable posible: Así el peso del esfuerzo lo llevará la infantería en los ataques preparados contra un enemigo alistado para el rechazo (por ejemplo, un frente antitanque), en las largas distancias de avance y en los terrenos de reducido dominio por la vista, como los bosques, las zonas urbanizadas y los terrenos quebrados, con los tanques apoyándoles por el fuego y avanzando por saltos cubiertos. Los tanques pueden ir delante en los ataques de encuentro, en los terrenos ligeramente ondulados y si el enemigo tiene un peor alistamiento de combate, pero teniendo cuidado en que la infantería cierre rápidamente las distancias. Para cortas distancias empleamos el ataque conjunto en un mismo sector; ambas armas pueden avanzar desde diferentes posiciones en un ataque convergente en los combates de encuentro y en los envolventes, siendo fundamental la sincronización de ambos. Dentro de la posición enemiga los tanques atacan las posiciones de tiro con su fuego y la infantería va limpiando las posiciones desde sus flancos.
Elaboración.
También es posible aumentar estructuralmente nuestras interfases de acción favorables con el enemigo.
Esto se logra en el ataque mediante la ruptura y la penetración en sectores favorables y siempre por el envolvimiento, la inversión de frentes y el cerco y por la persecución frontal y desbordante coordinadas. Los escalones sucesivos del atacante pueden, a su vez, crear una interfase de acción favorable contra un enemigo no suficientemente defendido, por ejemplo, posiciones de artillería o centros de comunicaciones o parques logísticos, y también mediante un ataque de flanco desde su profundidad con unidades mecanizadas o blindadas, sobre un contrataque enemigo contra su penetración.
En la defensa ocurrirá a la inversa. Se evitará la ruptura de la zona de defensa, aunque sea móvil, aumentando en su “recorrido” las posibles interfases desfavorables para el enemigo.
Esto se logra por el escalonamiento en profundidad de los medios activos de defensa y por su colocación preferente en las contrapendientes, en posiciones cubiertas, ocultas, preferiblemente de flanco, alternativas y suplementarias y recibidas por una defensa local de infantería y buscando buenos y entrecruzados sectores de tiro. También por el aumento de las interceptaciones (cortaduras reforzadas, campos minados de rápida colocación, obstáculos naturales más o menos perpendiculares a sus sectores de avance) defendidas por el fuego, que canalicen el ataque hacia zonas de fuego convergente o que lo retrasen y erosionen. Y, por último, por el empleo oportuno de contrachoques locales y contraataques de las reservas móviles o, al menos, rápidas, tácticas u operativas. Éstas constituyen la fuerza extraordinaria e inesperada que actúa sobre la vulnerabilidad enemiga, que es entonces su desorganización, dispersión y moral neutra antes de la consolidación de sus ganancias del ataque.
El factor de acción eficaz en las interfases de acción es el sistema de armas combinadas o interarmas. Cada una de ellas presenta individualmente unas “características de acción” y unas transitabilidades más convenientes, que les dan un perfil de blanco preferible y unas cualidades de despliegue táctico, de cuya combinación en el sistema surge la sinergia del conjunto.
Cerrando, por ahora, el “bucle histórico y definitorio” llaman guerras de V generación a las guerras híbridas o multifuncionales, que, realmente, siempre han existido. Con la participación mayor o menor de cada uno de los “medios de intervención” disponibles en el grupo social, para conseguir las “funciones de intervención” buscadas sobre el enemigo por el Mando.
No
por nominar hoy en día con una palabra exótica y nueva,
preferentemente extranjera, se crea así un “medio
o una función de intervención”
fresco
y prometedor.
El
problema es que el desconocimiento de la historia, aún la reciente,
empobrece los nuevos conceptos, ideas y situaciones conflictivas. Sin
ganar en aplicación,
eficiencia y capacidad cognitiva
por ello. Con
esto sólo se incide o se repite la historia anterior, para volver a
aprenderla.
Y
que, como en una hélice helicoidal, sólo se cambia el “plano
de ejecución”
temporal fenoménico. Donde se mantienen
incólumes
y ahora ocultos en parte, los distintos “parámetros
esenciales”
de los fenómenos y epifenómenos de los conflictos
y luchas.
Casi todos los “medios de intervención” del Estado, empleados para conseguir sus objetivos nacionales, ya estaban presentes en la panoplia de medios a su disposición, mucho antes de ésta nueva denominación de la Guerra Híbrida. Las “funciones de intervención” eran desarrolladas por “medios” adaptados a las posibilidades reales de su época. Y conseguían los objetivos buscados, aunque fueran muy específicos. Ahí tenemos las acciones del SAS (Special Air Service) como “fuerzas especiales de intervención puntual con objetivo limitado” en la retaguardia del enemigo. Luchando contra éste y para apoyar y colaborar con “fuerzas de resistencia al ocupante” locales. En los EE UU tenemos a los SEAL, los Rangers, la fuerza Delta y las Special Forces, entre otras. En Alemania está el grupo GSG 9. En Australia y Nueva Zelandia tienen el mismo nombre que el cuerpo británico.
Las necesidades estratégicas y tácticas de la guerra y las funciones de los “medios de intervención” son poco variables. Y su variabilidad es función de las mejoras en capacitación general, alcance, velocidad, capacidad de choque y fuego sobre el enemigo, comunicaciones entre “medios”, protección de estos, etc. Que brinden las sucesivas tecnologías aplicables a los “medios”.
Uno de los “medios de intervención” de una potencia mundial o regional para obtener sus “objetivos nacionales y estratégicos” son las “Relaciones Exteriores”. Que tiene un concepto cualitativamente más extenso que la Diplomacia. Ésta se refiere a los negocios de Estado o de gobierno que tratan 2 o más naciones (entonces, alianzas). Y la “función” diplomática es negociar por la vía política lo que le comunica su ministerio o secretaría de Estado. Pidiendo y recibiendo sucesivas instrucciones, si fuera necesario, para mantener y proseguir la negociación. Y manteniéndose en su ejecución y relaciones protocolarias o no, dentro de las cualidades de discreción, prudencia y tacto que caracterizan al oficio.
Las Relaciones Exteriores incluyen también otras relaciones y acciones más heterodoxas. Que es necesario buscar, apoyar y mantener en el exterior para conseguir nuestros objetivos nacionales. Así, una función de las relaciones externas es aflorar para ello, nuevas oportunidades y caminos o vías y “medios de intervención” más secundarios. Las Relaciones Exteriores colaboran directamente, como siempre se ha hecho, empleando los medios y la estrategia nacional vigente, con la Inteligencia, la Economía y las Fuerzas Armadas nacionales. Es decir, actuando conjuntamente en un “mix” de funciones y medios de intervención, la guerra siempre ha sido Híbrida desde la Prehistoria. Creando así nuevas oportunidades y vías, para aplicar y emplear toda la capacidad creativa y potencial del Estado, para lograr sus objetivos estratégicos y operativos.
Un ejemplo sucinto entre miles de situaciones. El “mando central operativo de guerra combinada” (o MCOGC) puede solicitar a Relaciones Exteriores la búsqueda de disidentes o enemigos internos de un potencial país enemigo. Localizados uno o varios de éstos, se valoran sus capacidades, circunstancias, implantación y posibilidades operativas. Así, RR. EE. presentaría un informe al MCOGC en forma de “resolución fundada” implicándose. O sea, valorando esquemáticamente los casos existentes y decidiéndose por uno o dos, en función de sus cualidades y nuestra conveniencia general o puntual.
Esos
disidentes o enemigos podrán ser políticos o también armados. En
el primer caso, nuestra nación les podría conceder asilo, becas,
apoyo económico y asesoramiento a sus grupos. En el segundo, en una
fase de mayor confrontación, se podrá también enviarles pertrechos
y armamentos, asesores y formadores y unidades de “operaciones
especiales” o de “voluntarios extranjeros”, para
apoyarles y/o reforzarles en sus actividades insurgentes.
A comienzos del siglo XVI las ideas “reformistas y heréticas” del sacerdote agustino Martín Lutero se propagaron por el centro y el norte de Europa, con la ayuda de la imprenta. El origen de la palabra propaganda surge durante la llamada Contra Reforma. Es una referencia a la propagación de la fe católica, con los jesuitas en la vanguardia de esa tarea de catequización. Haciendo frente a las desviaciones de la ortodoxia preexistente, enseñadas por los luteranos, hugonotes, calvinistas, erasmistas, etc.
La propaganda, como “medio de intervención”, maneja siempre informaciones básicas, esenciales, que son sencillas y simples por definición. Esto es debido a que su “objetivo” (el “target” de los snobs) es siempre amplio y numeroso: la población de un determinado país o región, o un colectivo extenso religiosa, económica, racial o socialmente diferente. Ellos son los que hay que informar, convencer y, según los casos, proteger.
Un
“medio de intervención” contra los enemigos o para
cambiar o influir en voluntades, que era desconocido, por impensable,
hasta hace muy poco, es la Guerra Cibernética.
Los ataques cibernéticos pueden dirigirse al software o al hardware de los sistemas informáticos personales, empresariales o institucionales. El software es el “soporte lógico” de un sistema informático, que hace posible la realización de las diferentes tareas. Este “soporte lógico” incluye el sistema operativo y las aplicaciones o programas informáticos que realizan aquéllas. El hardware, por su parte, es la maquinaria o el conjunto de componentes físicos del ordenador. Así, resumiendo, el software genera instrucciones que se ejecutan por el hardware o soporte físico del sistema.
En general, los ataques se realizan al software de un sistema, buscando una “debilidad” de éste. Y mediante los códigos maliciosos, las entradas traseras, etc. Una penetración o asalto al software se previene en general con un antivirus apropiado al virus recibido. Para atacar al hardware hay que actuar sobre el “componente físico” del ordenador. Y su detección, con la miniaturización existente hoy en día, resulta muy improbable y larga en el tiempo, hasta que se detectan los estragos. La mejor forma de acceder al hardware es realizando la intrusión en las fábricas de componentes y de montajes. Pero éstas están protegidas con medidas de control de componentes y equipos externos, basadas en la nacionalidad y el productor de ellos. Salvo que el atacante y el fabricante coincidan indeseablemente contra los compradores de los productos…
La Economía es un importante y clásico “medio de intervención” del Estado y de la Nación. Significa e implica en el esfuerzo de guerra a la capacidad de obtención y producción de toda clase de bienes y servicios, intermedios y finales, que las tecnologías y procesos en vigor en cada etapa son capaces de lograr y conseguir.
También, en casos de necesidad y utilidad, una nación puede decidir asignar más recursos productivos para la producción de un determinado bien. Pero, cuanta más especialización se exija en la producción, los rendimientos, tanto netos como económicos (como coste de ellos) serán menores. En virtud de las leyes del rendimiento decreciente y de los costes crecientes que sufren estos “procesos productivos especializados reconvertidos”. Es muy fácil utilizar el cemento en producir bienes militares de defensa estática (bunkeres, líneas defensivas artilladas) y no levantar edificios con él; resulta relativamente fácil convertir las fábricas de vehículos industriales en productoras de blindados. Y es muy difícil conseguir grandes rendimientos de una lechería convertida en fábrica de armamento.
Todos estos “medios de intervención” exigen necesaria y suficientemente ser armonizados y coordinados por un “centro de gravedad” del Mando en cada teatro de operaciones. Que, en un esfuerzo centrípeto y convergente dirigiría y aplicaría los medios específicos a su disposición.
Surge, un tema menor, pero de gran importancia por las desavenencias que crea en Moscú y con las tropas en campaña. Es la presencia creciente del Grupo Wagner como apagafuegos ruso en la guerra de Ucrania.
En el mismo se encuadran criminales convictos, mercenarios sirios y libios “entre otros elementos de mal vivir” y voluntarios rusos. En general, gozan de sueldos dispares, dependiendo de su experiencia, origen y trayectoria vital; a un convicto se le paga fundamentalmente con la libertad, más o menos adornada con limpieza de antecedentes.
Su jefe es Prigozhin, un plutócrata ruso y paniaguado de Putin. Este hombre está enfrentado con parte de los del Kremlin y con altos jefes militares por la permanencia de su “grupo armado mercenario particular” en las filas rusas en campaña.
La tolerancia implícita de los jefes militares rusos en Ucrania con los hombres del Grupo Wagner, genera un enorme malestar entre los oficiales, suboficiales y soldados allí destacados. Y rebaja enormemente su moral de combate y su “esprit de corps”.
Si Gerasimov viene con poderes plenos de jefe de la campaña y considera los anteriores argumentos, en relación a la motivación y la disposición combativa de sus fuerzas regulares rusas, tiene que recomponer la situación de las fuerzas, en relación con la presencia del Grupo Wagner en las filas rusas.
La Unidad de Acción y la Concentración de los Esfuerzos en la Campaña.
Otro de los problemas capitales que tendrá que resolver Gerasimov es la Integración estratégica y operativa de todos los Frentes activos de las fuerzas rusas en presencia.
Para establecer una “Unidad Superior del Esfuerzo”, estratégica, que sea coordinada, proporcional y sinérgica. Para optimizar en “tiempos eficaces”, según el principio “universal superior del ahorro de medios” y el “principio militar del Objetivo”, la distribución y el empleo coordinado en el tiempo de las capacidades humanas y materiales adjudicadas a los distintos Frentes.
Así, los rusos tienen diversos Frentes con diferentes importancias y presentando distintas oportunidades.
El Frente norte de Kiev está inactivo. Lukashenko es aliado debido de Putin y con sus balandronadas y maniobras provoca incertidumbres en Kiev. Brinda una oportunidad de drenar efectivos ucranianos móviles, para fijar y proteger el Frente de incursiones rápidas rusas posibles.
Aquí bastaría la presencia en Bielorrusia de una “fuerza de tareas” (tasks force) mecanizada de Rusia. Contando con tanques y vehículos de combate y transporte de infantería, con apoyo de artillería, ingenieros, defensa contra aeronaves (DCA) y aviación de apoyo a tierra y su escolta. E integrando un par de divisiones. Que se moviera por el sur de Bielorrusia merodeando.
El Frente de Crimea está activo hacia Jerson, Mariupol y Zaporiya y crea incertidumbre hacia Odesa. Permite la defensa de los 4 territorios anexionados por Putin,
El Frente del Donbass, al sureste de Ucrania, está activo en los oblast o provincias de Lugansk, al norte, junto a la frontera con Rusia, y Donetz, al sur. El Frente del Noreste, hacia Jarkov o Kharkov está en hibernación. Ambos son promisorios en teoría en esta nueva fase de la guerra.
La acción conjunta y coordinada desde ambos Frentes rusos, de “fuerzas de choque de ruptura” de la defensa Táctica ucraniana. Seguidas, tras la irrupción, por “grupos móviles blindados” con apoyo aéreo, avanzando en la retaguardia operativa ucraniana hacia una población o pequeña zona. Formando un amplio y doble movimiento envolvente en torno al enemigo. Puede crear un embolsamiento de éste o, al menos, una grave amenaza de corte de comunicaciones para las fuerzas ucranianas más activas y, por tanto, equipadas con equipos pesados, desplegadas en el este del país. Rusia cuenta con más que suficientes fuerzas móviles regulares para ello.
El Contraataque Ucraniano.
Los ucranianos pueden contraatacar empleando fuerzas blindadas con suficiente punch, como los Main Battle Tanks más modernos. Los tanques “pesados” que Zelensky reclama a los EEUU y a Europa ahora. Los Challengers (con su blindaje Chobham); Leopards 2 A5, de ingeniería alemana; Leclercs, el primer tipo construido de esta nueva generación de tanques y Abrams, los estadounidenses.
Avanzando rápidamente desde la profundidad del despliegue ucraniano, sobre un flanco de las puntas de avance rusas. Recordemos que ese territorio es terreno favorable para los blindados.
Para ello Ucrania necesitará contar con varios batallones de dichos tanques. Distribuidos por sus concentraciones más importantes, cada uno con unos 50 tanques. El distribuirlo o emplearlo por compañías aisladas es desperdiciar su especial y única velocidad de avance todoterreno y potencias de choque y de fuego, protegidas por un blindaje eficaz. Que es completamente decisoria en el combate moderno.
En toda esta filigrana teórica de maniobras y combates, ganará el más capaz, equipado, motivado y preparado.
El desnaturalizado frente aéreo ruso actual.
El objetivo del frente aéreo ruso actual es el debilitamiento de la moral ucraniana. Mediante el ataque sucesivo a las instalaciones civiles (energías, agua y comunicaciones) y a los núcleos urbanos de cierta importancia ucranianos.
Es de señalar que este objetivo bastante criminal no tiene como blancos a las fuerzas militares enemigas, sino a sus poblaciones inermes de la retaguardia. Para más INRI, comenzó a ser usado descaradamente cuando Putin y sus altos capitostes y paniaguados del Kremlin se dieron cuenta de que su “actuación militar especial” en Ucrania era un “bluff”. Y que Ucrania era un hueso duro de roer para las fuerzas rusas empleadas en ella.
Hace casi 2500 años, el Maestro Sun (Sun Tzu), en la Época de los Reinos Combatientes, ya avisó que “cuando el general ya es nombrado por el soberano, éste no se debe meter en sus asuntos” y “cuando los cortesanos y ministros interfieren en su mando, traen la desgracia al Reino”.
Además, este objetivo ya ha sido utilizado en otros casos y con nula eficacia, por cierto.
El Japón fue bombardeado inmisericordiemente por los EEUU, cuando ya había conseguido ocupar las islas japonesas (p.e., Okinawa) suficientemente cerca del Japón insular. Los japoneses ya preparaban a su población civil para una resistencia numantina al invasor. Creando una inmensa fortaleza natural en sus islas, donde cada una era un reducto fortificado de ella.
Fueron las dos bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, que supusieron un “ascenso a los límites superiores”, en la lucha contra las retaguardias civiles. Porque eran mucho más que un cañonazo muy grande. Las que obligaron al Japón a rendirse incondicionalmente a los estadounidenses. Porque amenazaron (aunque no tuvieran más artefactos en ese momento), con destruir la esencia e identidad nacional japonesa.
En general, el uso del “bombardeo indiscriminado de las retaguardias civiles”, lo que consigue es galvanizar a éstas en torno a su gobierno y a sus fuerzas armadas. Porque perciben del enemigo un odio demoníaco, feroz hacia ellas, que buscaría la destrucción de su identidad, cultura e idiosincrasia.
Modernamente empleó ese tipo bombardeo los EEUU en Vietnam de Norte. Ellos abandonaron en 1973 el Vietnam del Sur y en 1975 lo ocuparon, casi sin resistencias, las fuerzas comunistas.
El Apoyo Aéreo de Rusia a sus Fuerzas Terrestres.
El frente aéreo ruso en Ucrania debe ser dirigido contra las concentraciones de tropas enemigas (reservas, preparaciones para el ataque, fuerzas en marcha), sus comunicaciones terrestres y la red logística, los puestos de mando y centros de comunicaciones, las puntas de ataque de sus fuerzas, las posiciones de artillería y de lanzamiento de cohetes y drones.
No es éste, evidentemente, un Tratado sobre los Parámetros determinantes de la Eficacia militar. Tampoco es un Estudio sobre los Principios o los Sistemas Operativos de la Guerra. Sobre los cuales tienen a su disposición suficientes artículos en esta Página Web, que consultan ahora.
Se trata de realizar una breve explicación de las características de esos Parámetros determinantes. Que deben funcionar siempre en Armonía y Cohesionados.
Para que, con esta descripción en la mano, puedan definir y conocer fácilmente los Fallos y Errores que cometen las Unidades en su Oficio más peligroso: la Guerra.
Doctrina y Reglamentos.
Los Parámetros determinantes deben definir y transmitir el Qué y el Cómo de las unidades y medios en la guerra contra los variados enemigos posibles.
O sea, supone tener unos buenos Principios de su Arte-Ciencia de la Guerra y unos Sistemas Operativos adecuados a la guerra moderna, híbrida y cibernética.
Y, deben hacerlo de una manera amplia, clara, creativa, estimulante, flexible, participativa y resolutiva.
Los Parámetros Determinantes y su medio de expresión cabal.
Esos Parámetros Determinantes se conciben y materializan por el Elemento Humano de las Armas y la Guerra. Sin éste, serían sólo unas hojas más o menos numerosas de grafías. A la espera de obtener su sentido, siempre eminentemente práctico, su expresión cabal y su utilidad trascendente. Que consiguen por su empleo por los militares.
Cadena Logística.
Organiza y distribuye los medios a las unidades. También podría participar en su adquisición externa en el mercado, en todo o en parte. Incluye generalmente los servicios sanitarios.
Debe ser cercana, con medios diversos: los transportes de larga y de reparto, los almacenes o centros o nodos y cocinas en varios niveles de actuación y el control y los medios informáticos. Tiene que ser informada, previsora, proactiva, organizada y suficiente.
La Trilogía Ejecutora.
Unidades de las armas y servicios.
Que puedan integrar conjuntos tácticos y operativos de Armas Combinadas. Que estarán compenetrados, entrenados, también conjuntamente, que aporten un apoyo mutuo y una sinergia de efectos y que se tengan mutuo respeto.
Jefes. Oficiales.
Deben ser dispuestos, empáticos, formados, motivados, resolutivos, respetados, responsables y sufridos.
Cuerpo de Suboficiales.
Deben ser cercanos, entrenados, específicos de sus tareas, capaces, formados, leales a los jefes, a los soldados y a las unidades y respetados y altamente considerados por las tropas.
Generales rusos extraviados de su Puesto de Combate Avanzado en Ucrania.
Introducción.
Hay cientos de videos ucranianos neutralizando a vehículos aéreos, navales y terrestres rusos. Que más que combatiendo a las distancias cercanas y próximas, parece que posan como en el tiro a los patos en una feria de pueblo.
Estos
videos están producidos en su gran mayoría por casi desconocidas
empresas cinematográficas.
Y,
a veces, incluso, cae casi en primera fila un supuesto general ruso.
Desarrollo.
Un
general jamás acompaña o se sitúa en
combate junto
a un teniente de pelotón o un capitán de compañía o un comandante
o teniente coronel de batallón.
Sus tareas no son pegar tiros. Ni arengar a los hombres que le rodean. O impulsarles al combate con su ejemplo. Eso lo hacen los oficiales a cargo de las unidades y los suboficiales al mando inmediato de los soldados. Que conocen como nadie a sus soldados. ¿O no será así aquí?
La
tarea del oficial general es concebir y conceptualizar
el combate y las maniobras de sus unidades tácticas,
cumpliendo las Tareas y Misiones del ejército en
campaña.
Y, facilitar los medios en: unidades de armas combinadas; los apoyos antitanques, artilleros y aéreos a las mismas y la logística para ello: desde la sanidad a los abastecimientos de todas clases, desde combustibles a municiones, pasando por equipos de mantenimiento y de retirada de vehículos averiados y las cocinas y la distribución de alimento a los puntos de recogida de las unidades.
Él arenga e impulsa a los mandos y jefes de unidades dependientes de él. Y, a los soldados todos en ocasiones contadas.
Para cumplir Aquéllas, cumpliendo el Principio Universal de la economía de medios humanos y materiales. O sea, siguiendo su mejor y más optimizado empleo.
Y, como ya he dicho en otra oportunidad, la muerte de un general es un desastre nacional. Y, la muerte de un general de 4 estrellas, comandante en jefe de un ejército de muchas decenas de miles de soldados, es una catástrofe nacional.
Simplemente, porque son unos activos militares y muy importantes.
El
golpe de vista y la intuición deben ser
desarrollados para que, siguiendo una serie de técnicas
aceptadas, sean los que rijan en último término el gobierno
y la dirección de las operaciones que se desarrollen.
El estudio y el razonamiento llevan a conocer las mejores técnicas y sus formas de aplicación. Una vez aprendidas por la experiencia y la reflexión, éstas deben dejar paso al gobierno de la intuición. Ésta rige con sentido holístico, global, en una elaboración interna del espíritu, que establece un ritmo, una proporción y una adecuación a la situación dada. Que resulta mucho más eficaz y rápida que el continuo recurso al análisis, a la retroalimentación y a la lista de control de las actividades o “check list”.
Las posibilidades, consejos, técnicas, variedades que se suceden en una situación dada y cambiante, crecen en forma exponencial. El tenerlas a la vista deliberadamente en todo momento, resulta poco menos que imposible. Y puede ser fuente de errores, ya que harían falta además la retroalimentación y la verificación. Tampoco sería muy útil siempre, porque la deliberación resulta lenta y las posibilidades, las técnicas y los consejos son a veces contradictorios, a la luz de todas las condiciones que definen una situación.
Así, una vez formado, el oficial debe confiar en su sentido militar, que no es más que la intuición específica, para actuar en toda ocasión. Es de señalar que la emotividad excesiva, especialmente el miedo y el odio (negativos) bloquean la gestión intuitiva y la agilidad de la mente, descendiendo el nivel de su efectividad al del razonamiento falible. La serenidad y la disciplina serán los mejores ayudantes de la intuición.
Decía un sabio anónimo que el razonamiento era una forma de equivocarse con convicción. La causa o razón no es más que “no tenemos a mano todos los condicionantes o parámetros que definen una situación compleja”.
La
aplicación práctica.
La búsqueda de una solución para el problema operativo o táctico que se plantea el mando pasa por un proceso mental de investigación, información y deliberación. Los resultados de los procesos de exploración y de inteligencia deben, también, informar y arraigarse en la mente del jefe. Según la psicología occidental, tras todo este proceso mental deberá surgir la intuición.
En
dicho proceso no queda del todo claro el nexo entre la deliberación
y la solución, ya que ésta puede ser ocupada por numerosas
“variantes” del caso, con diversas posibilidades de realidad o
certeza. La solución no surge por un proceso de acumulación de
datos y su rumiar.
Sino por un “salto cualitativo”, tras el que se contempla claramente el concepto esencial de la situación o su aprehensión conceptual plena.
Estos “saltos” se producen en una elaboración mental inconsciente, dentro de una mente entrenada para captar dichos conceptos esenciales. Que pueden ser absolutos o referidos a la mente en sí, como relativos, referidos a situaciones o hechos externos a ella, como parcelas del conocimiento. Tras esas “informaciones” recibidas se debe realizar una verificación por parte de la mente analítica o deliberante, que revalide la bondad y conveniencia de una o dos soluciones “especiales” (mejor que “ideales”) que se ofrecerán.
Esta aparente incoherencia entre la Solución que postulamos y la expresión ramificada que obtenemos, surge como consecuencia de la indeterminación natural que existe en la definición y la consideración de todas las variables que actúan en cualquier fenómeno o situación. El coraje mental será entonces el mejor auxiliar de la sabiduría, para superar las “dudas” que surjan sobre la ejecución y sus posibilidades y asirse a las oportunidades creativas.
Y mucho más en una acción militar, apreciada desde hace mucho tiempo como envuelta en el “humo o niebla de la guerra” y afectada de la fricción y de los errores de las personas y de las unidades actuantes. Parte de ese “humo” se genera precisamente en nuestro conocimiento siempre incompleto, erróneo y aproximado de lo que piensa, busca y realiza el enemigo “al otro lado de la colina” que nos separa.
Algunos
practicantes de la teoría.
Todos
los ejemplos que presentamos se caracterizan por haber superado
reiteradamente a sus enemigos en sus
enfrentamientos.
Y, manteniendo una creatividad y una frescura llamativas
en su empleo del arte ciencia de la guerra.
Aunque,
a veces, una estrategia operativa de martilleo,
por parte de un enemigo con más medios y recursos, les haya
finalmente privado del triunfo a algunos.
Los nuevos grupos móviles tácticos rusos responden a las nuevas teorías militares rusas, singularmente del general Valeri Guerasimov, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas, de la guerra híbrida moderna. Estos grupos serían la respuesta de Rusia en el ámbito militar convencional, para intervenir directamente en la lucha regular.
Los
“núcleos duros” de estas modernas unidades rusas
son sus “unidades de armas combinadas”. Que están
perfectamente coordinadas para actuar en cada diferente situación,
empleando y manteniendo un “mix” de pequeñas
unidades de las distintas armas o ramas en cada caso.
Están formados por un batallón de tanques medios con 40 vehículos, un batallón de infantería mecanizada o motorizada con 500 efectivos y un grupo de artillería mixta remolcada. Recibiendo el apoyo orgánico de una compañía de ingenieros, otra de exploración mecanizada , una de antitanques medios y pesados y otra de servicios,logística y sanidad.
Táctica
operativa.
Cada grupo móvil o semi brigada está llamado a actuar sobre 1 a 2 Km de “interfase de lucha” favorable sobre el enemigo. Dependiendo de las condiciones e intenciones enemigas, de la transitabilidad del terreno y de la misión propia recibida e intención del mando superior. El ancho del sector y el despliegue propio adecuado lo establecería el mando del grupo, según las condiciones apreciadas del “microterreno” de lucha y su misión.
Estas
ideas y método eliminan y superan las viejas rigideces que se
establecían a los despliegues de sus pequeñas unidades desde el
mayor nivel de mando.
Una
misión corolaria y consecuencia de esta forma de lucha es el
mantenimiento y uso permanente del enlace y la
coordinación
con las unidades vecinas. Para reaccionar rápidamente con los
cambios de la “situación general”
y la “situación del enemigo”
y las oportunidades
que surjan para los dos rivales.
Los
grupos de batallón actúan rompiendo ampliamente un extenso sector
del frente enemigo. Son una perfección de los antiguos ataques
soviéticos de fuerzas de choque (con abundante
artillería y aviación) en un sector defensivo enemigo. Y llamaban
“destacamentos avanzados” a sus fuerzas de ruptura
inmediatas.
Los
grupos de batallón actúan en el moderno terreno de lucha, tanteando
y creando y aprovechando “vacíos” en la defensa enemiga. Así,
estas unidades utilizan mejor las fuerzas de ruptura del primer nivel
de ataque. Se podrían comparar ambos sistemas de lucha con los
ágiles y maniobreros manípulos romanos y las pesadas falanges
griegas. Que luchaban sólo en terreno abierto, y cuyo esfuerzo de
choque lo realizaban las primeras filas de hoplitas.
A nivel de la división motorizada se creará la “conceptualización” de la batalla. Para avanzar y combatir en una “interfase de lucha” con el enemigo de 3 a 6 Km de ancho. Donde actuarán los grupos móviles de batallón de la división en dos o tres escalones de profundidad, incluyendo la reserva.
La división es el “depósito” inmediato y esencial de los “apoyos y servicios”. Y, bajo su mando están también sus reservas tácticas. Que distribuirá hacia los grupos de batallón conforme crea conveniente, según el desarrollo de la lucha de sus “puntas de ataque”. Para ir formando en todo su sector o faja de acción un “centro de gravedad” del esfuerzo conjunto divisionario. Buscando el “cumplimiento económico” de sus planes: adecuado, oportuno, sin despilfarros.
La Estrategia Operativa.
En el siguiente nivel de los “grupos móviles de maniobra”, situados en el escalón de asalto y que se insertarán tras la ruptura, se perfilan las principales direcciones de explotación de la retaguardia táctica y operativa del enemigo. Estas direcciones de avance y de combate se definirán mejor en función de los objetivos operativos y estratégicos ya definidos, de los resultados adelantados de la inteligencia y los inmediatos de la exploración táctica y de la situación operativa existente.
Los
“grupos móviles de maniobra”
están compuestos por varias divisiones mecanizadas y motorizadas con
los apoyos necesarios. Avanzarán en su sector siguiendo un par de
direcciones paralelas. Para extender la “influencia”
o afectación y conmoción
del enemigo con su “paso y amenaza”.
Y para incrementar la incertidumbre de aquél, en cuanto a las
intenciones inmediatas del atacante.
La “influencia” la ejerce el “grupo móvil” en función de su distancia de llegada posible con fuerzas suficientes a los puntos sensibles del enemigo en su retaguardia. Los “grupos móviles de maniobra” apuntalan y aseguran su sector de avance realizando ataques laterales desde el sector hacia objetivos secundarios cercanos a éste.
El
centro de gravedad no es una unidad propia, ni su
misión, no es un punto en el espacio o un rasgo físico predominante
hacia donde se dirige un esfuerzo (objetivo clásico), ni tampoco es
una unidad enemiga.
El
centro de gravedad es un flujo de ideas coordinadas en
aplicación variable, generando acciones originales
tras cada una de ellas, para el cumplimiento de la misión y el
objetivo. Originalidad, flexibilidad, variabilidad,
consistencia, no predictibilidad por el enemigo y eficacia deben ser
características esenciales del proceso de su establecimiento.
En la práctica, el centro de gravedad es el
instrumento de dirección, concentración, impulso y trabajo que
posee el jefe para enfocar y unificar, hacia la
realización de los objetivos y misiones recibidos, todos los
esfuerzos de sus unidades subordinadas, tanto de
combate como de apoyo y soporte.
El
jefe se debe centrar en sus objetivos y misiones mediante el centro
de gravedad creado y siguiendo como metodología la
aplicación de los “sistemas operativos de maniobra”.
La
concentración de esfuerzos.
En
cuanto a la concentración, el llamado “esfuerzo
principal” expresa un efecto de penetración en una
dirección y un sentido dados, pudiéndose llegar a la ruptura y
posibilitar una explotación. En él se concentran los esfuerzos
interarmas de las unidades, incluso las aéreas.
El centro de gravedad tiene un sentido más espacial y temporal, buscando una “convergencia operativa” de “esfuerzos relacionados” hacia un objetivo. No necesariamente contiguos, simultáneos o secuenciales aquéllos. Sino sinérgicos y resultantes en sus efectos y resultados y teniendo en cuenta la forma óptima de actuar de cada arma y servicio o «medio de intervención» del Estado.
El
centro de gravedad es más global u holístico, el
esfuerzo principal es más sumatorio y acumulador. El esfuerzo
principal se ejemplifica en la estrategia de martilleo de Foch en el
frente occidental europeo, a partir del verano de 1.918, para vencer
la capacidad de combate alemana por pura erosión de la misma en todo
el teatro de operaciones. Trasladándolo sólo de dirección, cuando
la resistencia de un sector alemán era excesiva.
Los
efectos del esfuerzo principal son más directos, predecibles y
evidentes. Los del centro de gravedad son más sutiles
e inesperados, al menos en los primeros estadíos de la
acción militar.
El esfuerzo principal es un instrumento del nivel táctico, que no debería ser generalizado a los otros niveles. El centro de gravedad puede ser utilizado en toda la actividad dialéctica donde concurren medios varios, tanto en número como en naturaleza, tanto cercanos como lejanos, que puedan ser empleados en ella. Dentro de cada nivel de actividad militar, empezando por el superior, se crearía el centro de gravedad.Armonizando y conjugando todas las actividades, para conseguir el efecto, el objetivo más trascendente en el mismo.
Funcionamiento.
En
el nivel estratégico serían la o las vulnerabilidades
críticas del enemigo, al menos aquéllas dentro del teatro de
operaciones. La naturaleza de éstas estaría conformada por una
componente política importante. A nivel operativo, el
centro de gravedad se crearía sobre la o las
vulnerabilidades críticas de la campaña. A nivel táctico,
sería el objetivo que condujese a hacer operativamente trascendente
la batalla. Si ésta fue correctamente planteada, como necesaria para
la dirección operativa, el objetivo debería ser el que
condujese a la decisión en ella y/o a la explotación de la
victoria.
El centro de gravedad supone una acción centrípeta de todas las líneas de actuación, de la actividad “ramificada” de todas las unidades y los servicios. No necesariamente coincidentes, pero sí convergentes y resultantes en su eficacia y en su resultado.
Siguiendo las líneas “ramificadas” de comunicaciones, se aprovechan la situación de partida de cada fuerza y la transitabilidad del terreno, buscando la utilización óptima del conjunto interarmas, de las reservas y de la logística.
Mediante
las líneas de avance o de acción diferentes inducimos
incertidumbre en el enemigo, dispersamos su capacidad de rechazo y
perturbamos su plan de defensa y su conducción sistemática.
Las líneas ramificadas, en una acción centrípeta final, son propias del centro de gravedad. La acumulación de fuerzas en un sector, reiterando (unidades intercaladas o sucesivas) o potenciando (tanques, estrechamiento del sector y mayor soporte de fuego) el esfuerzo, es propia del concepto de esfuerzo principal.
Un
ejemplo del empleo del centro de gravedad siguiendo
esas líneas “ramificadas” a nivel estratégico, nos lo da
Napoleón con sus operaciones para la rendición de Ulm
contra el ejército austríaco del general Mack y del
Archiduque Fernando de Austria.
En un amplio avance de sus cuerpos independientes, el Grande Armée (unos 210 mil hombres) cruzó el centro de Alemania, desde el Rin al Danubio. Con esto se interpuso operativamente entre los austríacos (unos 40 mil hombres) y las fuerzas rusas aliadas que acudían a ayudarlas. Los franceses iniciaron el cruce del Danubio el 7 de octubre de 1.805. Y, durante toda la semana siguiente, Napoleón hizo converger en una enorme espiral constrictora a la mayoría de sus cuerpos de ejército sobre Ulm. Mientras una fuerza suficiente vigilaba la llegada por el este del general ruso Kutuzov.
El general Mack realizó en vano varios intentos de ruptura, con los mayores esfuerzos en Haslach y Elchingen. Los dos comandantes austríacos se pelearon entre sí y el archiduque Fernando con sus 6.000 jinetes se separó del grueso e intentó escapar en la dirección noreste, al encuentro de los rusos.
Por su parte el general Mack y el resto de sus hombres (unos 27.000, tras las batallas citadas), con Napoleón en abrumadora mayoría a las puertas de la ciudad de Ulm desde el 14 de octubre, salieron afuera para rendir las armas a los pies de las estribaciones de los montes Michelsberg. La capitulación se firmó por el general Mack el día 20. Las fuerzas del archiduque Fernando fueron rodeadas y vencidas por el cuerpo de ejército de caballería de Murat, cerca de Trochtelfingen. Otros 12 mil austríacos se rindieron en Neustadt. La campaña, sin combates propiamente dichos, le costó a Austria más de 50.000 hombres de sus fuerzas iniciales de unas 70.000 tropas.
Mecanismo
y Realización.
El
centro de gravedad dirige, canaliza, recoge y orienta
la creación y la dirección de los esfuerzos de las distintas
unidades y apoyos en cada caso. Su cambio por el mando permite la
continua adaptación de aquéllos a las circunstancias y el
mantenimiento de los objetivos intermedios generales siempre
presentes.
El
centro de gravedad tiene como factores eficaces
a la velocidad de operaciones y a la logística. La primera permite
la actuación óptima de la capacidad de combate de las fuerzas y la
segunda minimiza o compensa el “desgaste” inevitable de la
capacidad de movimiento y el posible de la capacidad de
combate durante las operaciones decididas.
Sus factores negativos de realización son la mala transitabilidad, incluso la inducida por obstáculos, cortaduras y campos de minas, y los combates no deseados por el mando propio. La primera “desgasta” la capacidad de movimiento operativo y la segunda “agota” la capacidad potencial de combate.
Sin
esas capacidades, la fluidez, la sinergia y la actividad
ramificada del centro de gravedad tiende a revertir en
un esfuerzo principal en una dirección operativa,
rápidamente conocida por el enemigo. Las “ondas de
conmoción” que generamos sobre el enemigo,
transversalmente a nuestro avance en su zona operativa, disminuyen
con ello en intensidad y frecuencia, hasta, quizás en el extremo,
desaparecer.
Los
elementos directos de actuación en el centro de
gravedad son los conjuntos interarmas, las reservas del propio o
superior nivel (pudiéndose llegar a la masa de apoyo, o retaguardia)
y la logística. Con ellos se actúa, una vez concebido el centro
de gravedad, para crearlo, aplicarlo y desarrollarlo,
mediante los sistemas operativos de maniobra.
El
desarrollo y el futuro.
La
Guerra Híbrida, ¿es un escolio?
Bueno,
pero este concepto para el mando puede ser útil para las guerras de
I, II, III y IV generación (según la denominación de los EEUU,
ampliamente “aceptada”). Pero, ahora abordamos la era de la
guerra de V generación: La guerra híbrida o
miltifacética o multifuncional.
Empleando, además, métodos digitales, informáticos, usando la precisión y la discriminación que permiten los algoritmos matemáticos y la tecnología de radiaciones y pulsiones electromagnéticas.
Pero es que, justo, este modelo de enfrentamiento dialéctico con su componente variable de fuerza física, necesita una integración armónica y holística de los medios multidisciplinares disponibles. Enfocándolos a lograr los objetivos diferentes simultáneos o sucesivos, que queramos conseguir. Y preservando el principio universal de la optimización y el ahorro de medios.
Y, el instrumento integrador necesario es el centro de gravedad del «esfuerzo nacional total».
“Cuando el cocinero del príncipe Wenhui descuartizaba un buey, sus manos agarraban el animal, hincaba sobre él las rodillas y, al hundir el cuchillo se producía un sonido del todo musical.
Dijo a su cocinero el príncipe Wenhui al verlo trabajar un día: –¡Ah!, ¡Excelente!, ¿Cómo ha podido llegar tu arte a tan alta perfección?.
A
lo que el cocinero, dejando a un lado su cuchillo le respondió: –Al
principio, cuando vuestro siervo empezó a descuartizar bueyes, sólo
veía el buey que tenía delante; al cabo de tres años, ya no veía
el buey. De presente, vuestro siervo usa de su espíritu para saber,
que no de los ojos para ver. Detiénense sus sentidos y es su
espíritu el que actúa.
–Siguiendo
las marcas naturales del buey, corto por entre las articulaciones,
hasta llegar a los huecos entre los huesos y los tendones. Manejo,
pues, el cuchillo acomodándolo a las partes naturales del buey, y
así, no hallando el menor estorbo ni aún en las venas y los
tendones, ¡menos lo encuentro en los grandes huesos!
–Un
buen cocinero muda de cuchillo una vez al año, pues que lo usa para
cortar la carne; un cocinero vulgar lo hace una vez al mes, como que
lo utiliza para cortar los huesos. Diecinueve años ha que vuestro
siervo viene usando el mismo cuchillo, con él ha descuartizado
varios miles de bueyes, y sigue tan afilado como recién salido de la
muela. Las articulaciones del buey dejan huecos y el filo del
cuchillo no tiene grosor; hundiendo lo que no tiene grosor en lo que
tiene hueco, se maneja el cuchillo con comodidad y sobrado espacio.
Por eso, después de tantos años este mi cuchillo parece recién
salido de la muela.
–Y aún así, siempre que tropiezo con un nudo, me doy cuenta de la dificultad y procedo con grandísimo cuidado: la mirada fija, me muevo despacio, manejo el cuchillo muy lentamente y ¡ras!, el buey ya está hecho cuartos, cual terrón desmoronado. A ese tiempo me yergo, el cuchillo en la mano, miro en derredor y me siento contento. Limpio el cuchillo de descuartizar y lo guardo.
–¡Excelente!—exclamó el príncipe Wenhui—Oyendo las razones de mi cocinero, he alcanzado a comprender cómo es menester obrar para alimentar la vida.
–Por
otro lado, Señor—terminó el cocinero—ésta es virtud que no se
aprende con erudición ni con libros; si no que es fruto de la
observación y de la reflexión y que es por ello de difícil
transmisión, si no se prueba”. (1)
Y,
el torrente que se expande:
“Si
observamos un torrente descendiendo sobre sucesivos bancos o represas
de tierra en su camino, vemos que primero golpea contra el obstáculo,
sintiéndolo y probándolo en todos los puntos.
Oportunamente, encuentra una pequeña ruptura en algún punto. A través de esta ruptura surgen las primeras gotas de agua y se precipitan inmediatamente.
El
agua acorralada a cada lado se lanza a través de la brecha,
desgastando la tierra en cada lado y ensanchando la abertura. Se
arremolina a través y alrededor de los flancos de la brecha,
removiendo la tierra de cada lado y ensanchando entonces la brecha.
Simultáneamente,
el agua que está detrás fluye directo a través de la brecha entre
los remolinos laterales que están desgastando los flancos. Una vez
que ha atravesado, se expande para ampliar una vez más la embestida
del torrente. A medida que el agua fluye incrementando continuamente
el volumen, la embestida del torrente vuelve a sus proporciones
originales, abandonando a su turno cada obstáculo en ruinas detrás
de ella” (2).
Glosas.
El
carnicero, su cuchillo y su arte no reflexivo en acción representan
al objetivo específico de la estrategia operativa: desorganizar al
enemigo al menor coste posible en medios propios (capacidades de
combate y de movimiento y abastecimientos).
El
resultado del trabajo del carnicero anónimo es una res troceada; que
ha dejado de serlo para convertirse en un conjunto de piezas y
despojos, a punto de ser preparados para su consumo.
Para
adecuar esas piezas enteras para su posterior consumo, sí que habrá
que efectuar un trabajo amplio de corte, de uso de los cuchillos con
sus desgastes, por parte de los otros carniceros y elaboradores de
palacio.
Este nuevo trabajo equivaldría a las batallas de cerco y aniquilamiento, donde una abrumadora superioridad local operativa propia, se encargaría de reducir las bolsas enemigas a un coste óptimo.
Por
su parte, el fluir del agua nos representa la flexibilidad y la
adaptación que deben existir en las acciones tácticas con el
enemigo por parte de las unidades y pequeñas unidades de armas
combinadas que las llevan a cabo.
Pero
la abertura en la roca no se agranda, ni se expande a los lados, sin
la erosión. Ni el agua, que representa la docilidad y la suavidad,
vence “per se” al terreno.
Cada
gota de agua en contacto con las paredes ejerce un trabajo de erosión
sobre ellas, en virtud de su mínima fuerza gravitatoria,
especialmente durante el régimen turbulento del líquido, en que la
fuerza ejercida es tangencial a la pared afectada.
Las
gotas se suceden sin solución de continuidad en el torrente o río y
su energía, aparentemente inagotable, procede de la energía de
gravitación de la Tierra, que las va atrayendo a los niveles más
bajos de su cauce.
Las aguas del mar y de los ríos vencen a la gravedad y a las fuerzas de Van der Waals , que unen en enlaces covalentes a sus moléculas, a través de la energía térmica solar, que les suministra el “calor específico de evaporación”. Condensadas en gotas (a través de su tensión superficial, que les da su tamaño adecuado) y unidas en nubes, caerán de nuevo atraídas a la Tierra, alimentando el “torrente continuo”.
Maestro Chuang. Barcelona, 1996. Págs. 54, 55, 146 y 147.
B. H. Liddell Hart. “The ‘man in the dark’ Theory of Infantry Tactics and the ‘Expanding Torrent System of Attack” Journal of the R.U.S.I. Febrero de 1921, pág. 13.
El Corán, fuente religiosa común de los chiíes y sunníes, no es muy revelador acerca de las disputas internas armadas (DIA) dentro de la comunidad universal de creyentes o Umma. En la época del Profeta este problema ni se contemplaba. Y si aquéllas hubiesen existido, al juntarse con el acoso externo que sufrían los musulmanes, probablemente llevasen juntos a la dispersión y a la desaparición del grupo de los fieles. En la Sura (capítulo) 49, aleya (versículo) 9 se les ordena a los musulmanes: “Cuando se hacen la guerra dos naciones de creyentes, procurad reconciliarlas… Los creyentes son tus hermanos (es la máxima relación de consanguinidad). Arreglad, pues, las diferencias de vuestros hermanos y temed a Dios, a fin de que tenga piedad de vosotros.” Y en 4, 33: “Oh, creyentes,… no os matéis entre vosotros…(o, no os matéis a vosotros mismos)”. El inicio del versículo va dirigido contra la codicia y la apropiación ilícita. Y el Legislador ha podido extenderlo al asesinato (muerte del inocente) y sus variantes (por ejemplo, el suicidio).
Sunníes contra chiíes, la lucha interna del Islam.
El
cisma chií pretendía arrebatar a la mayoría de los musulmanes,
seguidores de la Tradición, la legitimidad del legado de
Mahoma. En él iban incluidos los conceptos del legítimo
origen, del mando o dirección social y militar, del control y
desarrollo religiosos y de las perspectivas organizativas y sociales
del Islam. Los sunníes tienen el mando político religioso de la
Umma en el califato y sus emires y jeques delegados, asesorados,
prevenidos y apoyados por los ulemas y muftíes piadosos. Los chiíes,
para lograr y mantener la supervivencia, descansaron el poder
político, la dirección de su gran estrategia o estrategia nacional
y la conducción religiosa, en la “casta clerical”,
como intermediarios privilegiados entre los fieles y
Allah. Esto mantiene firmemente unidos a los creyentes en torno a su
interpretación única y vigilada del Corán. Aunque los
chiíes también tienen una proyección ideológica y social hacia el
futuro: el retorno liberador, justiciero y hacedor del Mahdi,
encarnado en su decimosegundo imán desaparecido (en el año 874),
que no ha muerto. Esta creencia refleja la necesidad social y
psicológica de la recuperación, consolidación y exaltación
del orden establecido original, que fue perturbado por
los sunníes. Y, también, será un premio, la paz y la ventura para
los creyentes ortodoxos (ellos) antes del Resurgimiento y del Juicio
Final de Allah.
Un
problema fundamental para un acercamiento fraternal de los “hermanos
separados enfrentados” lo constituyen los conceptos del
legítimo origen del mando, del control y
desarrollo del “dogma y la moral” y de las inmensas
estructuras económico político religiosas, con vida e
intereses propios, creadas por ambas expresiones del Islam,
casi desde el inicio del mismo.
Otro
grave origen de
agravios y distanciamientos irreconciliables,
sobre todo a nivel
nacional, son las
formas de luchas
violentas entre ambas creencias.
Cuando se atacan entre sí, se procura hacer el mayor daño posible,
llegando hasta la intimidad del parentesco. Y así se buscan los
objetivos en las mezquitas, mercados, peregrinaciones,
concentraciones y en
los tránsitos frecuentes o en masa de las gentes. Sitios
donde siempre están miembros de una misma familia. Es
la violencia
incontrolada y
llevada a sus
extremos innecesarios,
impúdicos,
vesánicos
y paradójicos
(¿no profesan la misma
religión?). Entre los
clanes y tribus, hablando sólo étnicamente,
esta ola de asesinatos,
atropellos
y daños en los bienes,
genera siempre
una cadena
intergeneracional de vindicaciones
ineludibles
para los ataques, las
represalias
y los
agravios de sangre sufridos.
Este nudo
gordiano
esencial e indestructible, por lo que parece, sólo
se puede cortar con la espada de la generosidad, del altruismo
(buscando no lo que nos “falta”, sino mirando adelante) y
del perdón,
que debería ser más
asequible entre hermanos
de confesión.
El Conflicto civil de Iraq.
En
Iraq, la gran estrategia de los sunníes no pretende ganar una guerra
civil a los rgímenes democráticos imperfectos de al-Maliki y de sus
varios sucesores, de la mayoría chiíta. Los sunníes luchan en Irak
por garantizar regionalmente el poder de sus tribus, basado en sus
jefes aceptados, en sus “asambleas de iguales”
entre los destacados de aquéllas y en el “código de honor”,
que regula, con sabiduría secular, su comportamiento y sus derechos
y deberes individuales y colectivos. La estructura de tribus, clanes
regionales y locales y familias, que estructura y soporta a las
sociedades árabes, da el valor y sentido prácticos a las lealtades
y los intereses, siempre relativos y aún oportunistas, de los
árabes.
Los
sunníes quieren arrancarle a la mayoría chiíta los derechos y
concesiones, que se les niegan demasiado tozudamente dentro de las
reglas de la imperfecta y reciente democracia inorgánica
existente en Iraq. Las elecciones
primeras
en Irak consagraron
el derecho “democrático”
de la mayoría chií sobre ellos.
Y el llamado “resurgir
sunní” del general
Petreaus, está ya sin “estímulos”, ni
funciones reales, extinguido
y desaparecido. Sólo
fue una táctica
político militar efímera,
buscando ahorrar vidas de los soldados estadounidenses.
Y no
buscando,
siquiera parcialmente,
una solución nacional
para el enfrentamiento secular de los chiíes y sunníes
iraquíes. Y los nuevos
políticos democráticos no
intentaron,
ni tratan,
pues,
de fraguar
una integración nacional superior,
que supere
las
divisiones tribales y regionales. Que
podría lograrse mejorando y
superando las condiciones
sociales y económicas de la vida en comunidades sociales primitivas,
las tribus y clanes de
siempre.
Las
demoras del gobierno de restablecer los servicios o “utilities” a
las poblaciones y comenzar la reconstrucción de las zonas de guerra
son fundamentales en la aparición y el aumento del descontento
sunní. La situación económica no ayuda a los gobiernos iraquíes.
En febrero de 2018, la conferencia internacional reunida para
colaborar a la reconstrucción del país tras la guerra contra el
ISIS sólo pudo recaudar unos 30 mil millones de dólares de los 90
mil millones que se solicitaron en ella. Esta penuria y desidia en la
colaboración ayudan mucho a que existan aún 2,5 millones de
refugiados internos en Irak. La agitación política existente es
otro factor en contra. Tras las elecciones de junio pasado, aún no
se ha formado un gobierno de concentración. E incluso, las
manifestaciones en el sur del país, en protesta por esto, han dejado
unos 10 muertos.
Entre los chiíes existe ahora un sentimiento primario y difuso de victoria sobre el enemigo salafista (de origen sunní). El cual no es superado por un protagonismo de Estado, capaz de integrar a las tribus y limar y superar agravios, asperezas y contradicciones sociales. La corrupción, la codicia, el sectarismo y el egoísmo, epitomizados en “el Estado es Nuestro”, son males crónicos de los funcionarios iraquíes.
Al
sur de la gobernación (nombre iraquí de la circunscripción
política provincial) de Nínive, capital Mosúl, y del Kurdistán
iraquí, capital Arbil o Erbil, se extiende una especie de luneta
o romboide geográfico de
casi 58 mil Km2, que alcanza
hasta Bagdad, donde ya
empieza el predominio
religioso de los chiitas.
Este territorio es
árido, montañoso, sin
alturas destacables, de
clima desértico y de
población poliétnica.
Lo forman las tres gobernaciones de Diyala, capital Bakuba, Saladino,
capital Tikrit, y Ta’min, capital Kirkuk. Predominan
en él la estructura social de las tribus, con predominio de las
sunníes,
frente a las chiíes, y en Ta’min, con
mayoría kurda, pero que está fuera de la Región Autónoma Kurda,
que lo reclama para sí.
Conviven en ese territorio un crisol de creencias y razas: los musulmanes sunníes, chiítas y kurdos y los cristianos, en una vivencia social que no siempre fue fácil, especialmente desde el derrocamiento de Sadam Hussein al-Tikriti (de Tikrit). Que entre sus aciertos tuvo el mantener cohesionadas con mano de hierro a las distintas tendencias sociales centrífugas existentes en el país, pero permitiendo al país funcionar razonablemente. En efecto, en la década de los 80, durante la guerra Irán-Irak, los chiitas iraquíes permanecieron leales a su país. Tras su derrocamiento, no han surgido en el país ni la paz, ni la estabilidad, ni la democracia, ni la convivencia social, ni el funcionamiento deseable de la economía, ni el amor y el interés por una patria común (hecho que, en el caso del ejército iraquí, es demoledor y disolvente).
Salvo
Ta’min, las otras dos gobernaciones son las menos densamente
pobladas de Irak, con la excepción de al-Anbar, al suroeste del país
y limítrofe con Siria. En ellas, los asentamientos son
principalmente poblados
y aldeas. Y
los caminos internos,
que discurren entre alturas, son escasos y estrechos, lo
que no facilitan su recorrido por las patrullas militares.
En
el primer semestre de 2018, los grupos del EI han realizado numerosas
y pequeñas acciones de guerra en las 3 provincias: sabotajes,
secuestros y asesinatos selectivos.
A finales de junio, 6
agentes de las Fuerzas de Seguridad fueron ejecutados por los
guerrilleros, al negarse las autoridades a liberar a las mujeres
encarceladas por su relación con el Estado Islámico.
En
esta región, los pequeños grupos
del EI se concentran
para cumplir
la orden lanzada a primeros de la primavera de 2018
por un portavoz yihadista de “sabotear la estructura económica de
Irak y castigar a sus autoridades y colaboradores”. Pasan
por aquí,
también,
importantes carreteras que unen el norte y el sur de
Irak. Y donde los
yihadistas pueden exigir impunemente
exacciones a muchos
vehículos que las cruzan, teniendo cerca sus
refugios.
Existen en este zona, áreas de entrenamiento y de refugio relativamente seguras para los guerrilleros desde la caída de Sadam Hussein. Una zona incómoda para los militares. Y fuera del alcance habitual de la mano dura, sin contemplaciones contra los rebeldes sunníes y sus “colaboradores” civiles, de las fuerzas sectarias regulares e irregulares chiíes.
A
primeros de julio de este año, los militares realizaron una
operación de limpieza en Ta’min y aseguran que ya está
restablecida la seguridad de las comunicaciones entre Bagdad y
Kirkuk. A mediados de este mes, fuerzas de la Coalición
internacional apoyaron a los peshmergas y al ejército iraquí en la
destrucción de una pequeña base del EI, ubicada en una zona
montañosa cercana a Mosúl. Según, los EE UU, por boca del
presidente, la batalla contra el ISIS en Irak está ganada en un 98 o
99%. Pero, desde Irak, este optimismo calculado se recibe con
incredulidad y pesadumbre. Un notable de una tribu sunní de Kirkuk
declaró hace poco: “Hemos perdido mucho dinero y muchas vidas en
esta guerra. Y hace ya más de 12 años que vivimos en esta situación
tan difícil”.
Cuando
Mosúl, a finales de 2017, y poco después, Raqqa y Deir ez Zour, en
la gran cuenca del Eufrates sirio, se perdían para el Estado
Islámico, pocos esperaban la enconada y correosa resistencia que sus
fuerzas yihadistas restantes presentan ahora en el Asia del Suroeste.
La razón social que sustenta este Resurgir
de los yihadistas salafistas es polifacética y compleja.
Y reside en las contradicciones antagónicas étnicas,
religiosas y sociales que se siguen planteando en ambos
países. Así, el Daesh, revertido y adaptado a una guerra de
guerrillas, está en condiciones de resistir durante un tiempo
indefinido, con tal de que ellas se mantengan
en Irak y Siria.
Si bien en los momentos de su máxima capacidad combativa (año 2015), los guerrilleros semirregulares del Estado Islámico eran unos 45 mil, divididos entre Irak y Siria, en estos momentos sus fuerzas reales son apenas entre una cuarta y una quinta parte de aquélla. Casi todos son ahora veteranos sobrevivientes de los combates y derrotas de estos años. Y tienen la determinación que les da su fanatismo religioso (el combate es para ellos una vía para cumplir la voluntad de Allah y alcanzar el Paraíso) y el estar perseguidos por múltiples enemigos en los dos países. Un signo de su decisión combativa y de su pulsión íntima de desamparo es el uso por muchos de ellos de un pañuelo rojo. Que era la prenda que llevaba Abu Dujana (o padre Dujana), un guerrero coetáneo del Profeta, cubriéndole la cabeza, cuando marchaba al combate. Y que indicaba su disposición a morir por el Islam.
La
ONU aseguró en un reciente informe que el número de combatientes
del ISIS en Irak y Siria oscila entre 20 y 30 mil y que entre ellos
hay un número significativo de extranjeros. Por otra parte, el
informe también destaca que miles de sus guerrilleros
han conseguido trasladarse a Afganistán, donde el Estado
Islámico mantiene un “emirato” cada vez más
activo. Creemos que la ONU se refiere a “militantes”, no a
muyahidines. Y en un movimiento guerrillero existen
varios tipos de combatientes y auxiliares, con diferentes grados de
implicación en la lucha armada, policía de retaguardia, sus
comunicaciones y su variado apoyo.
El
EI tiene que acostumbrarse a ofrecer al enemigo militar regular unos
blancos pequeños y móviles, fugaces y casi súbitos. Los cuales,
muchas veces, incluso reiteradamente, se escapan y escurren de las
operaciones de búsqueda, bombardeo y cerco y aniquilación de los
grupos y las patrullas militares, por su territorio o por el
territorio en disputa.
Las
fuerzas guerrilleras se esconden, dispersándose por pelotones en las
poblados y aldeas de una zona. Y se reúnen desde varios destinos,
para dar sus golpes de mano en las cercanías de ellos, empleando
generalmente no más de 7 a 10 hombres. Solamente la dispersión, la
astucia, el ocultamiento, el silencio, la paciencia, la precaución,
el respeto continuo a la población civil cercana, la seguridad
permanente, la concentración rápida, súbita e inesperada sobre un
enemigo uniformado o una presa civil, puede garantizarles la
supervivencia en un medio tan hostil. Estas cualidades
operativas contrastan y difieren de la ostentación, la
persecución de las minorías y disidentes, el control despótico de
los civiles, la crueldad como instrumento general de sometimiento y
de amedrentamiento, la imposición de normas morales y religiosas
delirantes en sus bases, las deficientes seguridad y disposición
combativa de sus unidades en las áreas de retaguardia, el expolio de
los bienes privados y sociales (yacimientos arqueológicos y
petrolíferos, bibliotecas, edificios públicos, edificios otras
confesiones, propiedades de civiles), que emplearon durante el
califato y su rápida implantación.
Sólo
la propaganda elaborada, moderna y múltiple, como instrumento de
catequización y de guerra psicológica contra
los enemigos, se mantiene casi igual que antes, al menos
cualitativamente, en esta fase guerrillera del
movimiento yihadista salafista.
El
califato vuelve, derrotado y disperso, a equipararse operativamente
con al-Qaeda. Sólo que Abu Baker al-Bagdadi, o el
califa Ibrahim, su nombre de pila, no tiene ya el
prestigio como yihadista de Osama ben Laden, el
fundador de al-Qaeda (la Base, en árabe). De quien en su día Abu
Baker se declaraba como verdadero sucesor y aún superador.
Minusvalorando a Aymán al-Zawahiri,
el médico egipcio “jefe” en la distancia y mediante
instrucciones generales de la “Base” yihadista. Y que, en vida de
ben Laden fue como su “consejero delegado”.
Uno
de los temas recurrentes del ISIS que ahora, en esta etapa de
semiclandestinidad, cobra actualidad e interés es el paradero de su
califa al-Bagdadi. Señalamos que desde junio de 2014, en que
apareció en un video, proclamando el califato universal islámico en
la mezquita de al-Nuri en Mosúl, no se le ha vuelto a ver en
público. Sólo existen sucesivos mensajes de audio transmitiendo sus
instrucciones y consignas a distintos públicos. Tanto los EE UU como
Rusia han manifestado en varias oportunidades su (casi) certeza de
que el califa había sido alcanzado en alguno de los bombardeos
selectivos, realizados por sus aviones, con el fin de liquidarlo.
Habiendo precisado, además, que en algún ataque varios de sus
seguidores cercanos y oficiales de su escolta habían perecido con
seguridad.
The
Wall Street Journal publicó hace poco una entrevista a Ismael
al-Eitawi, uno de los presos del EI de mayor relevancia. Éste
participó en un encuentro con al-Bagdadi en la primavera de 2017, en
pleno reflujo de la marea yihadista salafista en el Suroeste de Asia.
Era una reunión para decidir el plan de estudios que se debía
impartir en las zonas del califato. Al-Eitawi se encontró con un
califa muy delgado y con la barba encanecida. Al finalizar la
reunión, al-Bagdadi fue el primero en abandonar el recinto. Y,
aparentemente, no se le ha vuelto a ver por los testigos posibles a
mano.
El gobierno de al-Assad. La situación del Estado Islámico en Siria.
Difícil
lo tiene al-Assad para conseguir la pervivencia indefinida de su
régimen presidencialista autoritario. Los países musulmanes
no son proclives a la rebelión contra sus autoridades. Y les
corresponde al dirigente y a su oligarquía, dar medios de vida
a su pueblo. Bien, proporcionando ellos mismos empleo
(administraciones, trabajos públicos y fuerzas de seguridad). Bien,
protegiendo a los pequeños y medianos comerciantes, la
casta del bazar, que forman el núcleo urbano de las clases “medias”
del Islam. Bien, fomentando otros empleos, como los relacionados con
el turismo y las peregrinaciones. Esto es más necesario cuanto menor
sea el tejido industrial y financiero moderno de esa sociedad.
Concretando, las autoridades deben brindar sosiego a la sociedad y
controlar su coste de la vida. Mientras esto se cumplarazonablemente, se crea un flujo de lealtades y
de sincero entusiasmo de las clases populares hacia sus gobernantes
naturales. Que encarnan, de modo ideal y simbólico, el
“nosotros”. Mientras esta simbiosis de dirigentes y pueblo se
mantenga, éste esta dispuesto a defenderlos y a nutrir las fuerzas
armadas. Pero nadie daría un paso por al frente por un “gobernante
injusto”, porque es la negación y la corrupción de
su esencia vital.
Socialmente
y a medio plazo, el régimen de los Assad y su osamenta
institucional del partido laico Baaz y sus paniaguados de la
Guardia Republicana y de la Fuerza Aérea, los jefes y muchos
oficiales del Ejército y de los altos cargos de la Administración,
están acabados.
Son
demasiados sus desmanes, el tiempo de trituración
aplicado
a
los sirios
y las
fracturas sociales causados a su pueblo
heterogéneo.
Lo
cual no permite que
el proceso revolucionario (de abrupto cambio de régimen y de
estructuras políticas) tenga una marcha atrás asumible y permanente
en Siria. Solamente,
la
presencia
indefinida
en
este país desolado de las fuerzas combinadas rusas, las milicias de
Hezbollah, los voluntarios chiitas iraquíes y las fuerzas iraníes
de la Guardia Revolucionaria
A
mediados de agosto de 2018, el EI lanzó una doble ofensiva
convergente en la provincia de Deir ez Zour, al oeste de la frontera
con Irak, atacando los pozos petrolíferos de Amar, uno de los
yacimientos petrolíferos más importantes de Siria.
Tras
la ofensiva lanzada por el Ejército Nacional de Siria (ENS)con el
apoyo del fuego pesado aéreo de Rusia en la provincia de Deraa,
situada en el triángulo situado al suroeste del país, entre los
Altos del Golán y Jordania, al-Assad consiguió recuperar el control
sobre el 90% del territorio de esa provincia. En respuesta, los
combatientes del Estado Islámico atacaron en masa en la última
semana de julio de 2018 el este de la limítrofe provincia de
al-Suwayda, asaltando varias poblaciones y causando un elevado número
de bajas entre la población drusa de la misma. Se habla de unos 250
muertos, centenares de heridos y decenas de secuestrados por los
irregulares del Daesh, que los llevaron consigo al retirarse de los
poblados, ante la ofensiva gubernamental realizada a primeros de
agosto.
Las
fuerzas drusas de Defensa Popular, aliadas pasivas del
ENS, una especie de milicias locales de autodefensa y de escasa
capacidad combativa, reaccionaron tarde al asalto de los yihadistas.
Aunque fueron de las primeras en reocupar los pueblos de al-Suwayda
abandonados por los salafistas del EI.
Se
calcula que en esta zona del suroeste de Siria, que abarcaría
parcialmente varias provincias al sur de Damasco, y cercana a la
ciudad de Yarmuk, en su día sitiada largamente por los rebeldes al
gobierno de al-Assad, hay en la actualidad entre 3 y 4 mil
guerrilleros activos del EI. Cuya mayor capacidad es su
maniobrabilidad y velocidad de actuación, como unidades de
infantería ligera semirregulares, partiendo de despliegues extensos,
que se concentran para atacar. Frente a un enemigo militar que avanza
poco a poco, por pasos asegurados, y precedido por bombardeos de
saturación de las posiciones yihadistas, que están generalmente en
poblados llenos de civiles atrapados.
El
Estado Islámico emitió un comunicado en el que presentó la
incursión múltiple como “una victorias frente al “ejército
nuseirí”. Que es un nombre árabe despectivo,
dado a las fuerzas herejes alauitas y drusas de al-Assad y aliados;
que, a su vez, son desviaciones ideológicas y rituales del
chiismo, especialmente los drusos. Por cierto, durante la
prolongada guerra civil siria, aún inacabada, los drusos se negaban
habitualmente a enrolarse en el ENS, que sufrió una tremenda sangría
frente a los rebeldes democráticos y sectarios, nacionales y
extranjeros, de todas clases a lo largo de estos 7 años.
Hasta que, en el otoño de 2015, a raíz de la intervención abrumadora de Rusia, en forma de apoyo aéreo, fuerzas especiales y asesores, el ejército de al-Assad comenzó una remontada irreversible, hasta recuperar casi todo el terreno perdido frente a los rebeldes, que suponía el control de más de la mitad del territorio nacional. Y, sobre todo, comenzó a ganar la iniciativa, tanto estratégica como táctica, en las operaciones militares que desarrollaba. Aumentando también, con sus éxitos la oferta neta de reclutas para su depauperado ejército.
La simultaneidad pretende conmocionar directa e inmediatamente a un máximo de escalones enemigos, hasta lo que permita la capacidad de combate propia. Pero no discriminael objetivo según su importancia. Con lo que infringe el principio anterior y universal de la “economía de medios” (de los más aceptados como tal por los autores) y no crea un centro de gravedad de los esfuerzos propios. Su medio de acción es pura y llanamente la atrición, que exige un proporcionalmente muy elevado consumo de municiones y cohetes de los distintos tipos, ya que no se busca sólo la neutralización enemiga, sino su destrucción, mientras no huyan o se rindan. Con ello se compromete además la logística de mantenimiento de los equipos, que se trueca en parte por el suministro de municiones, además de exigirle un mayor esfuerzo en forma de un número más elevado de sustituciones de los tubos, etc.
GENERAL NORMAN SCHWARZKOPF, JEFE DE LAS FUERZAS DE LA COALICIÓN CONTRA SADAM HUSSEIN EN LA GUERRA DEL GOLFO. APLICÓ LA «AIRLAND BATTLE» GRACIAS A LA ABRUMADORA SUPERIORIDAD DE COMBATE QUE POSEÍAN AQUÉLLAS, FRENTE A LAS FUERZAS IRAQUÍES.
La simultaneidad da igual preferencia como objetivos, en un momento dado, a las reservas tácticas en profundidad y a los obstáculos al avance en las primeras “líneas” enemigas (observatorios, posiciones de combate de infantería, posiciones de fuego de las armas pesadas de infantería, posiciones antitanques en la zona de infantería). También la simultaneidad da igual preferencia a los objetivos que son explorados en la profundidad, que a los objetivos que flanquean nuestro avance en la ruptura, incluyendo un cerrojo antitanque, y que tienen capacidad de fuego de enfilada.
Esta simultaneidad exige una capacidad de combate tan grande o más que la del enemigo.Ya que la tarea principal de nuestras fuerzas de contención y de maniobra es golpear al mismo “tiempo” operativo toda la profundidad del despliegue atacante. Buscando conmocionarlo, deshacer su coherencia y deintegrarlo. Y los teóricos llaman “sinergia propia” al esfuerzo creado simultánea y linealmente por todo el frente y flanco y/o retaguardia enemigos. Esta sinergia es sumatoria y más bien magra. Y se enriquecería por la lucha operativa indirecta, por la acción sorpresiva, por la aplicación del esfuerzo sobre debilidades enemigas. Así sería una sinergia exponencial.
La simultaneidad sería realmente un principio táctico. Colabora en cómo realizar una batalla de ruptura, ampliando el contacto con el enemigo o en cómo aprovechar los alcances efectivos de las distintas armas de una defensa en profundidad, para batir las fuerzas escalonadas tácticamente de un atacante, buscando romper la continuidad de su esfuerzo por el aislamiento táctico entre sus distintos escalones. Su trascendencia en el nivel operativo es a través de que el planteamiento de la batalla lo sea y ocurre al conseguir en ella la decisión.
Por su parte, la complementariedad, al pivotar sobre el fuego (de armas pesadas de infantería, de tanques, artillería y aviación), no respeta el sistema de armas combinadas o interarmas. Que somete al despliegue enemigo a un esfuerzo centrípeto, derivado de acciones diferentes y complementarias, que tienden a colocar al enemigo en un “dilema táctico de indefensión”. Ya hemos indicado que el fuego para la destrucción de un objetivo es siempre muy oneroso (va en contra del pretendido ahorro presupuestario de costes) para el que lo aplica. Por lo difícil que es conseguir dicho efecto realmente. Si empleamos las maniobras de grupos interarmas será suficiente la neutralización o pérdida temporal de la capacidad de actuación del enemigo contra nosotros, mientras dura nuestro fuego sobre él.
Por otro lado, dada la lejanía de la mayoría de los objetivos enemigos de nuestra “capacidad de combate”, aquéllos son sólo alcanzables inmediatamente por el fuego pesado indirecto o por la aviación. Ello hace que se tienda a mercadear (intercambiando) nuestros elementos de movilidad y de choque (que incluyen los tanques y la infantería mecanizada) por los elementos de fuego pesado en el “mix” de nuestra capacidad de combate disponible. Esto se debe a que estos últimos producen el efecto deseado de destrucción simultánea, aunque no sea el más adecuado.
A favor de este intercambio de fondos para la defensa, está el hecho sicológica y políticamente preferido de que el fuego pesado preciso y el de saturación disminuyen las “interfases de acción” con el enemigo a las distancias cercanas y próximas. La existencia con una importancia más que proporcional de los medios de fuego pesado, tiende a favorecer y a procurar su empleo como un elemento de atrición del enemigo en las doctrinas y reglamentos.
Las dos últimas razones consolidan al fuego pesado como arma clave de las operaciones. Y su movilidad será su capacidad de situarse en posiciones sucesivas y/o efectivas muy rápidamente. Que es en realidad una movilidad táctica, medida a razón de Kms/día en avance.
Con ello, la movilidad operativa se verá perjudicada y el instrumento principal para la decisión en ese nivel será el de “sucesivos combates”, que no siempre serán deseados, buscados y trascendentes.
Es decir, la simultaneidad y la complementariedad apoyan desequilibradamente el empleo de la atrición o pura destrucción y favorecen indeseablemente la intercambiabilidad de los medios de movilidad (capacidad de movimiento operativo) y de combate y choque, con los de fuego pesado indirecto y/o aviación de bombardeo.
El Centro de Gravedad de las Acciones Combinadas.
Además, el principio de economía de medios y el de utilización sistemática de la sorpresa (como eficaz multiplicador de la capacidad de combate, incluso en la defensa, con posiciones escalonadas en las contrapendientes, contraataques y contrachoques oportunos, bolsas de fuego), se relacionan directamente con el principio de la concentración de medios y con el de actividad o movilidad en todas las operaciones (combates y movimientos, con mínimostiempos de concepción y de ejecución para cada una). Empleando para que el mando orqueste todo ello, el “centro de gravedad del esfuerzo conjunto”. Que actúa siempre como factor de planificación, de actuación y de dirección de los sistemas interarmas.
Es decir, el centro de gravedad es el integrador principal de los principios de la guerra en la conducción y la ejecución de la misma, como una característica natural. El mariscal von Hindenburg inventó el adagio: “Una batalla sin Schwerpunkt (centro de gravedad) es como un hombre sin carácter”.
MARISCAL VON HINDENBURG, JEFE DEL ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO ALEMÁN EN LA I GUERRA MUNDIAL.
En cuanto al principio de concentración de los medios, el llamado “esfuerzo principal” expresa un efecto de penetración en una dirección y un sentido dados, pudiéndose llegar a la ruptura y posibilitar una explotación. En él se concentran los esfuerzos interarmas de las unidades, incluso las aéreas. El esfuerzo principal se ejemplifica en la estrategia de martilleo de Foch en el frente occidental europeo, a partir del verano de 1.918. Para vencer la capacidad de combate alemana por pura erosión de la misma en todo el teatro de operaciones. Trasladándolo sólo de dirección, cuando la resistencia de un sector alemán era excesiva.
El centro de gravedad tiene un sentido más espacial y temporal, buscando una “convergencia operativa” de “esfuerzos relacionados” hacia un objetivo. No necesariamente contiguos, simultáneos o secuenciales, sino sinérgicos y resultantes en sus efectos y resultados. Y teniendo en cuenta la forma óptima de actuar de cada arma y servicio.
El centro de gravedad es más global u holístico, el esfuerzo principal es más sumatorio y acumulador. Los efectos del esfuerzo principal son más directos, predecibles y evidentes. Los del centro de gravedad son más sutiles e inesperados, al menos en los primeros estadíos de la acción militar.
Los proponentes de la nueva doctrina militar del U.S. Army, la AirLand Battle sucesivamente modernizada desde 1976, se dicen creadores de una doctrina científica, basada en postulados racionales. A lo largo del tiempo, realizaron aportaciones a aquella el coronel John Boyd, William Lind, famoso por sus divulgaciones militares, el general Donn Starry, desde el Tradoc, Steven Canby, Philip Karber y otros muchos teóricos. Es siempre un trabajo prolongado y colectivo, donde participan individualidades destacadas y lúcidas, que resulta siempre convergente y fructífero. El TRADOC es el mando del Ejército de los EEUU, encargado de atender sus necesidades de formación, entrenamiento y doctrina. Formulando para ello los modelos y las recomendaciones y propuestas de doctrina y de reglamentos.
CORONEL JOHN R. BOYD
Se supone que este salto teórico cualitativo, establece y perfeccciona, no sólo un modelo científico para la guerra moderna, basada en el empleo del motor de explosión y en la electrónica, como factores novedosos. Sino que el mismo puede ser adoptado y seguido por el rival menos numeroso (en hombres, medios y sistemas). Y que su superioridad conceptual le permitirá a éste superar en campaña las deficiencias cuantitativas de un ejército menor. Y ello, independientemente de la forma de lucha que se plantee en el conflicto. Además, dicha doctrina militar científica, una vez fijados correctamente sus parámetros, podrá evolucionar y adaptarse a las nuevas exigencias de la guerra en el transcurrir del tiempo. Estableciéndose las nuevas variables operativas, para las diferentes situaciones bélicas.
ANALISTA WILLIAM LIND.
Partieron para ello de la llamada Central Battle, cuyas Operaciones se recogieron en el FM 100-5 de 1976. Y que mantenían al fuego pesado como su principal “argumento” de combate y empleaban magramente las maniobras de las fuerzas. Algunas de las cuales terminaban en ataque frontales o, al menos, esperados y recibidos por el enemigo. Es la vieja idea táctica de oponer fuerza contra fuerza. Donde cualquier avance o ventaja se logra a un elevado coste en bajas, tiempo y materiales. Como sucedió durante casi cuatro años en el Frente Occidental europeo durante la I Guerra Mundial. El concepto de la Central Battle se ofrecía para un ejército encargado de defender un gran territorio de importancia vital. Que en la práctica comprendía la Europa Central y Occidental. Por lo que resultaba que la cesión de espacio, por ejemplo en una defensa móvil o, incluso, retardante, era inaceptable “a priori”. Y para ello el ejército “defensor” debía desplegarse casi en la misma “línea o faja” fronteriza de los estados que estuvieran inmediatamente amenazados, o sea, los más orientales.
El ejército “defensor” no contaría para operar con un escalonamiento en profundidad, a cargo de sus grandes unidades sucesivamente desplegadas. Sino que su despliegue sólo contaría con el escalonamiento propio (interno) de sus Grandes Unidades, que estarían desplegadas cuasi linealmente en el borde del territorio a defender. Tampoco contaría con fuerzas móviles de contraataque, desplegadas en la profundidad. Sino que se utilizarían las reservas móviles propias de esa gran línea defensiva, para realizar localmente contrachoques tácticos contra las rupturas y penetraciones en la zona de defensa del atacante enemigo.
La defensa en posición de la totalidad de un enorme territorio, tendría como Tarea la de detener todos los ataque penetrantes de un potente enemigo. Que contaría posiblemente con una supremacía de medios. La defensa actuaría así como una extensa y delgada fuerza (ĺinea) de contención “estratégica”. La idea subyacente en la doctrina es que empleando las tácticas adecuadas sucesiva y únicamente, se podrían alcanzar los objetivos estratégicos propios. Y la razón (incorrecta, por corta de vista) era que las tácticas podían resolver combates sucesivos. Pero éstos, por sí mismos, sin la estrategia operativa no podían alcanzar la trascendencia, la guía, la influencia. Necesaria para conseguir los objetivos estratégicos de otro nivel de actuación.
La mentalidad táctica existente en el U.S. Army antes de la promulgación de la “Defensa Activa” suponía y se basaba en el empleo contra el enemigo y en toda la profundidad táctica y operativa de su despliegue del fuego pesado propio. Que era, de menor a mayor alcance, la artillería de campaña y pesada, los cohetes reactivos ylos balísticos de corto y medio alcance y la aviación de apoyo a tierra.
La “Airland Battle” definida en el FM-100-5 Operaciones de 1982.
Las premisas elaboradas por el colectivo de los teóricos, que contribuían a crear el concepto de dicha nueva batalla fueron: el engaño del enemigo, en relación a nuestras capacidades e intenciones en la situación planteada; la destrucción de la sinergia conseguida por el enemigo por la colaboración táctica u operativa de sus unidades; la acción propia simultánea en todo el despliegue operativo enemigo; la dualidad sinérgica propia de una fuerza de contención del avance, ataque o despliegue enemigo y de una fuerza de maniobra, encargada de la aplicación de flanco y/o de revés de nuestro ataque en toda la profundidad enemiga; deshacer la cohesión enemiga con ello; la conmoción de la totalidad de la fuerza enemiga empeñada; desmenuzándola en unidades inconexas, quizás fragmentadas, con escasas capacidades de combate y movimiento operativo. Así, se cambiaba el pensamiento militar desde la aproximación táctica y técnica vigente hasta entonces a la concentración del esfuerzo propio, empleando las maniobras exigidas por la estrategia operativa.
MARISCAL MIJAIL TUJACHEVSKI, UNO DE LOS PRECONIZADORES SOVIÉTICOS DE LA «BATALLA SIMULTÁNEA Y PROFUNDA». SU PURGA POR STALIN EN 1937, POR CELOS HACIA EL EJÉRCITO ROJO, AFECTÓ NO SÓLO A LOS ALTOS MANDOS EN DESGRACIA. SINO ESTERILIZÓ Y RETRASÓ LA DOCTRINA MILITAR SOVIÉTICA MODERNA.
La fuerza de maniobra penetraría en todo el despliegue enemigo, si éste era favorable para ello, por no estar preparado para una defensa fortificada; como sería el caso de un combate de encuentro. Y, en el caso del rechazo preparado, el ataque sería avanzando rápidamente por un “corredor libre” o “free corridor” fuera del despliegue enemigo, buscando un flanco y/o una retaguardia expuestos. Desde donde y a lo largo de ese “lado”, la fuerza de maniobra móvil, dotada con gran capacidad de combate y de movimiento, debería golpear simultáneamente a todo el despliegue enemigo “descubierto”.
Análisis de la “Airland Battle” en la práctica.
En el concepto de la Airland Battle y en las diferentes actualizaciones de la doctrina militar norteamericana, aparece claramente el llamado principio de simultaneidad. La simultaneidad aconseja batir al mismo tiempo a la mayor cantidad posible de fuerzas enemigas, escalonadas en profundidad, tanto en el ataque como en la defensa. Se justifica su aplicación en el aprovechamiento máximo de la potencia de fuego propia sobre el enemigo y considerando los diferentes alcances óptimos de los diversos sistemas de armas empleados. El factor eficaz de la simultaneidad es la tecnología moderna de detección, de precisión de tiro y de potencia de fuego. Como conmilitón de ella está el principio de complementariedad, que expresa que el movimiento y/o el choque pueden ser sustituidos, indefinida y casi totalmente, por el fuego. Con ello parecen buscarse dos finalidades: el ahorro de vidas, discutible si no es correcto el planteamiento o su aplicación, y adaptar los medios militares a los recortes presupuestarios crónicos de las democracias mercaderes.
LOS FACTORES TÁCTICOS METT-TC DE LA MISIÓN RECIBIDA DEL MANDO CONDUCTOR.
La Misión (M)condiciona el empleo de la sorpresa, en cuanto define el “ambiente táctico”, por encima del componente meramente espacial, en que ésta se puede aplicar y donde se desenvolverá. El cumplimiento de la misión recibida determinará decisivamente las posibilidades de concepción y aplicación de la sorpresa. Al definir y expresar aquélla, el objeto de las acciones múltiples y convergentes de los esfuerzos y medios asignados por el mando superior a un jefe táctico. La detección por la exploración o las unidades de acción avanzadas de una posible “interfase de acción” favorable sobre el enemigo, no faculta per se al mando a apartarse del cumplimiento de la misión del jefe superior.
El Enemigo (E) es el objetivo esencial y principal de un mando. Y la sorpresa es un factor multiplicador esencial de sus potencialidades y medios, para cumplir la misión recibida y coadyuvar a ello. La sorpresa debe entonces buscar: la dislocación espacial o funcional del enemigo; o la merma económica de sus capacidades; o un cumplimiento más rápido y eficaz de la misión encomendada; o una ventaja posicional del propio despliegue, para maniobras propias inmediatas; o el ataque decisivo o el contraataque a las vulnerabilidades críticas o secundarias del enemigo, según el plan del mando superior.
El Terreno (T) y, por extensión, el espacio es el soporte esencial del “ámbito táctico” de la acción militar. Ésta lo debe emplear siempre en provecho propio, tanto en el ataque como en la defensa. En las maniobras rápidas, características de las sorpresas, se preferirá usar el terreno favorable a las armas empleadas, para que favorezca el ritmo o tempo y el impulso o momento de ellas.
Así, los tanques (cuyo modo de lucha es el ataque) se emplearán favorablemente en terrenos ligeramente ondulados y con gran dominio por las vistas, sin cortaduras, ni corrientes de agua o afloramientos rocosos importantes. Sin embargo, la sorpresa cabal puede necesitar el empleo de tanques en terreno difícil, no imposible, para ellos, con tal de que aquél no sea esperado por el enemigo. Incluso, empleando en la punta de avance menos unidades blindadas de las habituales, que, con la sorpresa, harían sentir con su presencia igual potencia de fuego y de choque.
Los terrenos dotados de cubiertas y/o ocultamientos y la noche y los fenómenos o meteoros atmosféricos (lluvia, nieve, granizo), que restan visibilidad y disposición combativa en los defensores, favorecen el movimiento al combate de los medios de la sorpresa. También permiten su ocultamiento temporal en zonas decididas de descanso y de partida. Los trozos de terrenos incómodos y/o desagradables facilitan el acercamiento final de los medios de la sorpresa: cunetas, bordes de las vías junto a las aceras, paredes verticales que sean practicables, sembrados, matorrales, humedales. A cambio de molestias y de tiempo en el avance, ganaremos en el empleo eficaz de la sorpresa.
En la defensa, se hará uso del terrano quebrado, con alturas ocultantes relativas ycubiertas para las pequeñas unidades (zonas urbanas y fabriles); apoyándose en parte en la pendiente posterior y en obstáculos naturales (ríos, manchas de árboles, etc.) paralelos al trazado de la posición defensiva; que dificulten o desvelen los grandes movimientos enemigos, rompiendo su impulso, y faciliten el rechazo desde posiciones propias favorables. El contraataque desde la profundidad de la zona táctica propia sobre el revés o el flanco de las puntas de avance enemigas, preferiblemente después de su empeño, será un empleo de la sorpresa muy eficaz. Las trampas de fuego (fire bags), los campos de minas dispersos y pequeños, los golpes de fuego desde los puntos de defensa y nidos de resistencia, retenidos hasta las distancias próximas con el enemigo, son sorpresas defensivas, pero más esperadas por el enemigo.
Basándose en las características del terreno y fijándose en las particularidades de alguna parte del ámbito táctico (enemigo, misión, terreno, oportunidad) se planeará y decidirá la sorpresa. Y se implementará su montaje despliegue, soporte y desarrollo, siguiendo un flujo suficiente, protegido y continuo.
Las Tropas (T) necesarias para ejecutar y cumplir la sopresa concebida y decidida, deben ser apropiadas para la misión por sus características. La sorpresa es una acción ofensiva sobre el enemigo, desarrollada inesperada, rápida y desconsideradamente, en general. El equipo de los hombres y el apoyo aéreo y artillero deben ser los necesarios y suficientes, conforme al plan decidido. Además de su entrenamiento general, los hombres deben recibir el entrenamiento específico, en función de las características de la misión y las acciones a desarrollar. Las características de obediencia e iniciativa, paciencia, resistencia y sobriedad, cualidades físicas, entrega y espíritu de grupo, compromiso con la misión tienen que ser las mejores en los hombres. Ya que ellos serán una parte importante de las acciones. Y actuarán como jefes y responsables de ellos mismos y de sus compañeros de misión, en determinados momentos.
Es importante un entrenamiento completo en tiempo real de la misión. Hay aparatos que fallan a las X horas de uso. La tensión sobre los hombres y sus esfuerzos sostenidos afectan a su confort y a su eficacia y rapidez de actuación. Con repercusiones en su disposición combativa, su alerta y la precisión de respuestas.
Muchas veces el fuego pesado se empleará para ocultar al enemigo nuestra sorpresa. La coordinación de distintas armas en una misma misión o sector, es un punto crítico de ésta. Por ejemplo, unidades de infantería, reforzadas por pelotones de ingenieros y apoyadas por unas secciones de tanques, cruzando un bosque no cerrado para alcanzar sorpresivamente una posición enemiga en la profundidad de su despliegue. Al actuar en un mismo sector de avance o ataque, la coordinación entre las pequeñas unidades debe ser ensayada y confirmada.
El Tiempo (T) de la misión es un factor decisivo de su éxito. Por un lado, debe ser el oportuno. Por otro, el tiempo debe ser suficiente y uniformemente acelerado en los “ciclos de acción” sucesivos del desarrollo de la misión. Para que la concentración, la secuencia o la simultaneidad de empleos y la contundencia de las acciones demuelan el objetivo humano al que se apliquen, una vez coneguida la sorpresa.
Es necesario considerar siempre que todas las acciones necesitan para ocurrir un tiempo planificado estimado más un tiempo complementario corrector. Éste dependerá del grado de complejidad de la misión: unidades, apoyo logístico, acciones demostrativas coadyuvantes, distancias a recorrer, dificultades de traslación, presencia e intención del enemigo, simultaneidad o secuencia de empleo, coordinación. Y se origina en los fallos que surgen en las actividades humanas cualesquiera y en los errores pequeños y medianos que se cometen por los jefes y hombres. Un error grave supondría que la sorpresa estuvo mal calculada o ejecutada y es un error operativo grave.
Los Civiles (C) no deben ser dañados en una misión sorpresiva. Incluso cuando el enemigo se mezcle y proteja en un ámbito civil, es posible definir y concretar un objetivo puramente militar. Para aislarlo, atacarlo y extirparlo con precisión y limpieza militares. Aquí es necesario el empleo de las armas orgánicas de la unidad terrestre atacante, que limitan los daños no deseados y concretan sus efectos en los blancos seleccionados.
Es de señalar que el fuego pesado indiscriminado aéreo y de artillería es un arma de resultados despiadados y desparramados para el empleo en medios urbanos. Su objetivo no es cegar, perturbar o neutralizar al enemigo. El fuego pesado excesivo e insistente busca destruirlo. Que es el objetivo más incierto y menos económico de todos. Tanto los soviéticos como los occidentales lo han empleado con profusión en las guerras civiles del Asia del suroeste. Su uso tiene como objeto destruir de lejos y previamente al asalto, las posiciones enemigas en los poblados. Evitando en lo posible que las fuerzas propias luchen a las distancias próximas con los rebeldes islamistas.