MAHOMA Y EL ISLAM.

Mahoma: Místico y Religioso; Combatiente y Estadista

 

Los Orígenes y Juventud del Profeta.

Mahoma nació en La Meca en el año 570 d.C., o sea, en el año 52 antes de la Hégira, en la familia de los Ben Hachim, de la tribu Quraich. Ésta era la tribu más distinguida de la zona, aunque sin muchos recursos económicos. Algunos de sus miembros eran los custodios de la Kaaba o la casa de Dios, construida por Abraham y su hijo Ismael, de su esclava Agar, por orden del mismo Dios. Y en ella se guardaba la Piedra Negra.

La Piedra Negra es un objeto de veneración de los musulmanes. Tiene un diámetro de 30 cm. (un pie) y está colocada en el lado este de la Kaaba, a una altura de 1,5 ms. La tradición árabe dice que data de los tiempos de Adán y Eva y es considerada una piedra del Paraíso. También dice que cuando descendió del cielo era blanca, y que los pecados de los hombres la volvieron negra poco a poco. Al ocupar La Meca en el 630 y en su última peregrinación desde Medina al-Nabi el 632, Mahoma la besó repetidamente. Era el único objeto de culto aceptado por los musulmanes, coexistente junto con los ídolos en la Kaaba durante la jahiliya o la época del caos e idolatría anterior al Islam revelado.

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Mahoma nació huérfano de padre y, con cinco años, perdió a su madre. Cuatro años después, murió su abuelo. Así, teniendo sólo 9 años, se hizo cargo de él su tío Abu Taleb, padre de Alí. Éste se casaría más tarde con la hija mayor y preferida del Profeta, Fátima, hija de Jadiya. Y de este matrimonio nacerían los únicos descendientes de Mahoma.

A los diez años, Mahoma viajó con su tío a la Gran Siria, que los árabes denominan al-Sham, y que comprende los actuales territorios de Siria, Palestina, la Cisjordania y El Líbano. En las afueras de Bosra, junto al Jordán, había un convento cristiano. Allí, Mahoma conoció a un monje llamado Néstor, que le habló del Cristianismo y su Revelación, y que apreció mucho las cualidades del niño. Esta experiencia fue muy profunda en Mahoma.

Las estrecheces de la familia hicieron que Mahoma tuviese que trabajar como pastor desde niño y, ya en la adolescencia, de camellero. A los 20 años, entró al servicio de Jadiya, viuda en dos ocasiones, que, animada por su padre, se dedicaba al comercio en Arabia y con los países vecinos, y que contaba con una sólida fortuna. Por fin, cuando tenía 25 años, Mahoma se casó con Jadiya, que tenía ya 40 años. Y que le dio 2 hijos, que murieron pronto, y 4 hijas.

Mahoma, Místico y Religioso.

Hacia el 610, Mahoma, que ya tenía una vida cómoda y fácil por su matrimonio, comenzó a retirarse para meditar en sitios solitarios, altos y cercanos. Ésta sería ya una afición esencial y persistente en su vida. Su lugar favorito era una cueva en el monte Hira, situada a 6 Km. de La Meca. Aquí tuvo la primera revelación del Korán en la llamada Noche del Destino. Una voz le ordenó: “Lee y recita”. Allí continuó yendo asiduamente durante más de tres años y recibiendo poco a poco distintos capítulos del Korán. Son las suras mequinenses o de La Meca. En una ocasión, tuvo en una visión la visita del ángel Gabriel, que le dijo: “Oh, Mahoma, Tú eres el Profeta de Dios”.

 Hasta entonces, año 613-614, sólo Jaliya fue creyente de la revelación de Dios. Un día, Alí los sorprendió haciendo oración y se convirtió en su segundo seguidor. El tercero fue el liberto de Mahoma, Zaid ben Hantah y el cuarto, Abu Baker al-Sidrique, un amigo del Profeta. Abu quiere decir “padre de” y se refería a un hijo importante o al mayor de un señor, cuando lo merecía; indicando que así se prolongaba en el tiempo esa estirpe familiar.

Desde el principio de la propagación de la fe en el ámbito cercano al Profeta, surgió una fuerte y tenaz resistencia de los mequinenses a la idea de un único Dios y a los ritos y obligaciones que pedía la nueva religión. La cual condenaba y rechazaba la idolatría y sus costumbres, que existían arraigadas en la ciudad. Les resultaban especialmente chocantes y llamativos los ritos del Salat: La oración musulmana, dividida y extendida a lo largo del día, siguiendo el variable tiempo de luminosidad con las estaciones y empleando las posturas de pie, sentado, genuflexo y postrado, en la recitación de las suras o capítulos; y que posteriormente se establecerán en los 5 momentos actuales. Y el número de musulmanes continuaba bajo e invariable.

Resultado de imagen de Al-Sham, la Gran Siria AL-SHAM O LA GRAN SIRIA.

No es el Islam una religión de milagros. El milagro es la suspensión o la superación de las leyes de la Naturaleza en un evento y sus circunstancias. Sobre ellas sólo tiene domino y potestad el Ser Necesario, que las dio y estableció con sus características y peculiaridades. Al cual llamamos Dios, en las distintas religiones y lenguas. En muchos casos, los “advertidores” y profetas enviados por Dios a los distintos pueblos y épocas, para que se convirtiesen de su vida indigna y volviesen al verdadero Dios y a su sendero, eran requeridos por las gentes. Para que les diesen una señal inequívoca, que les corroborase sus ideas y el mandato divino.

La respuesta de Allah, para que los advertidores diesen a los idólatras y pecadores, es: “Yo soy el que crea y sostiene todas las obras y las maravillas del mundo que percibís”. Y, así, sura 30, aleya 37: “¿Es que no ven que Allah expande la provisión a quien quiere y la restringe a quien quiere? Es cierto que en eso hay signos para la gente que cree”, sura 35, aleya 27: “¿Es que no ves que Allah hace que caiga agua del cielo y con ella hacemos que salgan frutos de diversos colores? ¿Y que hay montañas de vetas blancas y rojas, de matices distintos y hasta de un negro oscuro?, sura 30, aleya 10: “Aquellos que habían cometido maldades tuvieron el peor fin, por haber negado la veracidad de los signos de Allah y haberse burlado de ellos”.

La cabeza visible de la reacción contra los musulmanes es Abu Sufian, jefe del clan Amauin de los Omeyas, que detentan el poder en La Meca y los privilegios del culto, hospedaje, etc. La prolongación de este rechazo, firme y progresivamente agresivo, causará en el año 622 la “marcha hacia” (Hégira) Medina de los musulmanes.

Hacia el 615, con el fin de evitar la destrucción de su pequeño grupo de 40 seguidores, Mahoma los divide y ordena que se escondan en La Meca o se refugien en las colinas rocosas cercanas. Ésta es para el Islam una “etapa de catacumbas”, que durará hasta el 619.

Creemos que entre el 616 y el 617, (es una fecha sin concretar y está dentro de los límites de una década, demasiado amplios, que señalan los investigadores históricos) Mahoma recibió, en uno de los sitios donde meditaba, la visita de un grupo de personas de la tribu Jazrach, de la ciudad de Iazerib, al norte de La Meca. Atraídos por su fama, venían a pedirle consejo y ayuda para la resolución del contencioso que tenían con las otras tribus de Iazerib, donde los Jazrach habían perdido su preponderancia.

Los Jazrach eran la más importante tribu de Iazerib hasta que los Aus, una tribu menor, se alió con los judíos de la ciudad. Que buscaban manejar el comercio y ganar influencia política en ella. Los Jazrach vieron en Mahoma, el líder que podía unir a los árabes y eliminar la influencia de los judíos.

Para Mahoma esto fue la promesa de nuevos conversos para el Islam, cuyo número era aún despreciable después de tantos años. Se podría decir que “el Islam era una ideología sin fuerza y que los Jazrach eran una fuerza sin ideología”. Y Mahoma se diría, al menos, de pensamiento: “ganemos la fuerza de los Jazrach para nuestra ideología (Islam)”.

En efecto, las revelaciones de Mahoma encontraron una buena acogida en Iazerib e, incluso, acudieron miembros de los Aus a verle en sus “retiros montañosos”. Estos hechos hicieron aumentar en los mequinenses y, especialmente, en la tribu Quraich su aversión a Mahoma y al Islam. Así pasaron varios años. Y, por fin, los quraichíes se decidieron a matarlo y Mahoma tuvo que huir de La Meca. Era el inicio de la Hégira.

Resultado de imagen de abu baker al siddiqueSELLO DEL CALIFA RASHIDUN ABU BAKER AL-SIDRIQUE, PRIMER SUCESOR DE MAHOMA

Mahoma, Combatiente y Estadista.

Mahoma y Abu Baker se refugiaron temporalmente en la cueva de Zaur, a unos 5 Km. de La Meca. Mahoma ordenó que la comunidad musulmana fuera marchando en pequeños grupos a Iazerib, mientras llegaba su momento de marchar, indicado por Allah. Esa noche, Allah reverdeció un arbusto que se encontraba a la entrada de su escondite, dos pájaros anidaron en él y una araña tejió su tela en el espacio abierto restante; era el inicio del verano y estos hechos eran «normales». Durante 3 días y 3 noches permanecieron en la cueva, oyendo a sus perseguidores mequinenses pasar por delante de la cueva, sin percatarse de ellos.

Llegaron, entonces, un liberto y un guía, llevando camellos y provisiones y los 4 emprendieron la marcha a Iazerib, dando un rodeo por la zona montañosa que rodea al Mar Rojo. El 12 de julio del 622 llegaron a Iazerib y acamparon en las afueras, adonde acudieron en masa los medinenses para recibirlos. Por fin, el 16 de julio, fecha de la Hégira, Mahoma entró triunfalmente en la ciudad. Es el inicio de la Era Musulmana y el final de la jahiriya o el caos idólatra preexistente al Islam.

Las suras medinenses que va a recibir Mahoma en Iazerib, están dirigidas a un gobernante, a un jefe y defensor de la comunidad musulmana (la Umma). Para establecer las normas jurídicas y sociales por las que se regirá ella. Y la Umma nace de la fusión de los ansares o auxiliares medinenses (en mayoría) con los muhayirun o emigrantes mequinenses.

En Medina, sólo los judíos se oponen a la predicación y la actuación del Profeta. Por un lado, temían perder su influencia social y sus negocios. Y tampoco admitían un profeta ajeno al pueblo elegido por Jehová. Reprochándole a Mahoma que muchas suras “reveladas”, copiaban e interpretaban falsamente los libros de la Torah o Antiguo Testamento.

Esto hará que Mahoma establezca a partir de diciembre del 623 a la Kaaba o casa de Dios (La Meca) como la dirección hacia la cual rezar el Salat. Hasta entonces, Mahoma tenía a Jerusalén como la ciudad sagrada hacia la que dirigirse. Esta decisión simbolizaba, además, que el Islam era una religión de progreso y querida por los árabes. Y que Mahoma perfeccionaba y sellaba todas las anteriores revelaciones de Dios a los hombres, la Torá y los Evangelios.

(CONTINUARÁ)